Santiago, Chile — Metió seis goles y su mejor jugador ni siquiera marcó. Atención, Chile: Argentina enderezó la mira justo a tiempo para la final de la Copa América.
Los goles que se le negaban a la selección albiceleste en el campeonato continental -en el que anotó cuatro tantos en sus cuatro primeros partidos, a pesar de generar innumerables ocasiones- llegaron a granel el martes en la paliza 6-1 a Paraguay por las semifinales.
Fue un partido redondo para el equipo de Gerardo Martino, el mejor de Argentina desde que tomó las riendas después del Mundial, y eso que Messi no se sumó a la zafra goleadora y sigue con un solo tanto en el campeonato, producto de un penal en la primera fecha de la fase de grupos.
“Hay que afianzar una idea, y era el momento propicio para afianzarla”, apuntó el “Tata” Martino, quien dirigió apenas su 13er partido con la selección.
Messi fue el dínamo que rompe esquemas con el Barcelona, un imán que apiña jugadores rivales y despeja avenidas para sus compañeros. Participó en los seis goles argentinos y asistió directamente en tres, con buenas asociaciones con Javier Pastore y Angel Di María, en un ataque que luce más incisivo que en la Copa del Mundo del año pasado.
La presencia de Pastore, ausente del Mundial de Brasil, ha sido fundamental en Chile. El volante del Paris Saint-Germain es un socio perfecto para Messi, un jugador de buen pie que puede generar en el mediocampo y pisar el área rival para definir con clase, como lo hizo en el segundo gol albiceleste, en el que recibió un pase de Messi y definió a la carrera con potente tiro desde el borde del área.
Di María también ha sido determinante con sus endiabladas subidas y centros desde la banda izquierda, además de lograr un doblete ante Paraguay, mientras que el eterno espadachín de Messi, Sergio Agüero, suma tres tantos.
Pero, como suele suceder con su club Barcelona, todo gira alrededor de Messi. Y su fuerza de gravedad mantiene al ataque en órbita.
“Si da tres asistencias que terminan en gol, no hay ningún problema”, apuntó Martino, quien restó importancia a que el mejor futbolista del planeta tenga un solo tanto. “No necesita ser goleador del equipo para estar feliz”.
Messi se ve contento y, sobre todo, saludable, a diferencia de la Copa del Mundo a la que llegó después de una campaña descarrilada por lesiones y en la que fue de más a menos. De todas maneras, llevó a Argentina hasta la final, en la que perdieron 1-0 ante Alemania.
La “Pulga” arribó en Chile pocos días después de conquistar la final de la Liga de Campeones con el Barcelona, para coronar su segunda temporada de triplete liga-copa-Champions con el Barsa. Libre de molestias físicas, Messi redondeó una de sus mejores temporadas con el Barsa y prácticamente aseguró su quinto Balón de Oro.
Ese ímpetu fue evidente desde el mismo arranque de la Copa, un partido en el que Argentina sacó ventaja de 2-0 ante Paraguay y generó media docena de ocasiones de gol en el primer tiempo. Sin embargo, el equipo de Martino sacó el pie del acelerador en el complemento y Paraguay empató 2-2.
Triunfos por sendos 1-0 sobre Uruguay y Jamaica, nuevamente en partidos en los que dominó a su antojo la posesión del balón y generó llegadas al por mayor que no pudo concretar, avivaron las interrogantes sobre el problema de puntería. Dudas que se repitieron ante Colombia en los cuartos de final, un partido que terminó 0-0 y se definió por penales a pesar que Argentina se cansó de bombardear el arco colombiano, y no marcó por obra y gracia del arquero David Ospina, los postes o fallos milimétricos.
Hasta que llegó el duelo con Paraguay y se abrió la portería.
“Sabíamos que en el momento que entraran, iban a venir seguidos, y fue lo que pasó”, resumió Messi.
El artillero no dijo si se guardó los goles para la final del sábado ante Chile en el Estadio Nacional, pero el equipo anfitrión sabe que tendrá que tomar todos los recaudos posibles, e incluso esos podrían ser insuficientes.
“Estamos enfrentando a una de las mejores selecciones del mundo”, dijo el miércoles el zaguero chileno José Rojas, quien reemplaza al sancionado central Gonzalo Jara. “Es un equipo veloz, muy rápido, y tienen al mejor jugador del mundo”.