México.- Cartas escritas por niños y un cómic forman parte de la campaña para invitar a la activista pakistaní Malala Yousafzai a participar en un foro internacional sobre educación, a realizarse en esta ciudad del 7 al 9 de mayo.
En la campaña “Que venga Malala” participa el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Educación (SEDU), el Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de la Vida (UIL), y el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México.
De acuerdo con los promotores de la iniciativa, esta propuesta incluye la presentación de un cómic escrito por José Luis Aguilera Velasco, editado por Nicolás Alvarado e ilustrado por Manuel Monroy.
En este material se narra la historia del activismo de Malala por la educación, visibiliza la discriminación sufrida por una niña mexicana a la que su familia no permite ir a la escuela, así como la situación del trabajo infantil.
La publicación, dirigida a estudiantes de primaria y distribuida con apoyo del programa SaludArte de la SEDU, invita a niñas y niños a escribir a Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz 2014, para que asista a la Segunda Conferencia Internacional Ciudades del Aprendizaje.
Aguilera es realizador de medios audiovisuales, director de escena y escritor, Monroy ha ilustrado diversos libros tanto infantiles como para adultos y ha participado en exposiciones internacionales, y Alvarado, además de autor de libros, fue director de la revista “El Huevo”.
Tras haberse postulado ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Ciudad de México fue elegida como sede de esta conferencia que se realizará del 7 al 9 de mayo en distintos recintos.
La iniciativa Ciudades del Aprendizaje determina que una ciudad debe utilizar sus recursos en todos los sectores para promover el aprendizaje, desde la educación básica hasta la superior, mejorar su calidad y fomentar la cultura del aprendizaje a lo largo de su vida.
Malala, es una joven estudiante y activista pakistaní, que defiende los derechos civiles, específicamente los de las mujeres en su país, donde el régimen de Pakistán ordenó el cierre de escuelas privadas y prohibió la entrada a las niñas entre el 2003 y 2009.
La preocupación de ella y su familia ante los problemas en su país, la llevaron a participar en el 2009 en un documental llamado “Pérdida de clases, la muerte de la educación de la mujer”, en el que Malala y su padre hablan a cerca de la complicación del acceso a la educación para las mujeres.
En el 2012 la joven fue víctima de un atentado a manos de un talibán mientras se dirigía a la escuela, dejándole heridas en el cráneo y cuello. Recibió el Premio Nobel de la Paz, el 10 de diciembre del año pasado, junto con el activista por los derechos de los niños indios, Kailash Satyarthi.