En nombre de todos los creadores de teatro con los que ha trabajado a lo largo de su vasta carrera, porque “el teatro es un arte colectivo” el escenógrafo Alejandro Luna, recibió la Medalla Bellas Artes, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Emocionado, el también prestigiado arquitecto e iluminador mexicano, señaló que compartía este importante galardón “con todos los actores con los que he disfrutado la creación de personajes, con las varias generaciones de técnicos que son quienes ponen la luz, pintan, construyen y hacen utilería, sin lo cual no habría teatro. En nombre de ellos, recibo esta medalla”.
En esta noche tan importante, don Alejandro estuvo acompañado por sus hijos María y el actor y director Diego Luna, así como de sus nietos, amigos, y una efusiva comunidad artística y público en general, que se le entregó con gran admiración a su trabajo y a su sentido del humor.
De su hijo Diego, el galardonado recibió emotivas palabras que señalan que él es su gran inspiración para todo lo que hace “Por él soy quien soy; fue él quien me enseñó a ver teatro, a escuchar historias y luego contarlas . A él le debo todo y lo mejor es que lo tengo aquí, presente”.
Dijo que al enterarse que su padre recibiría esta presea le dijo le daba gusto, porque se lo merece, es un hombre muy respetado y admirado “soy la representación de mi papá, y donde quiera que me paro, escucho cosas bonitas de él. Hoy me da gusto que se las hayan dicho a él cara a cara. Es muy bonito un homenaje así para la persona más importante de mi vida”.
Durante la ceremonia, se leyó un texto de Luz Emilia Aguilar Zínzer, con su trayectoria, además de un cúmulo de opiniones de grandes personajes del teatro en México, como los directores de escena Luis de Tavira y David Olguín y los escenógrafos Gabriel Pascal, Víctor Zapatero, Jesús Hernández y Patricia Gutiérrez, quienes dieron testimonio de su trabajo al lado de Alejandro Luna, a quien consideran un pilar del teatro mexicano del siglo XX, y una de las figuras fundamentales para la escena mexicana actual.
Esta semblanza conmovió por demás a Diego: “El texto que se leyó hoy, dice todo sobre mi papá, pero deja muchas cosas abiertas como para que nos vayamos a investigar, a preguntar sobre la historia del teatro mexicano; son más de 40 años de labor de mi padre”, externó.
Al hacer entrega de esta presea, la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, señaló que la obra de Alejandro Luna “es un arte vivo y abierto a jugar con todos los elementos que hacen vibrar un escenario. Su trabajo es un sello imborrable en la historia del teatro de México. Gracias a su talento y creatividad, sus escenografías han contribuido a enriquecer los discursos teatrales de diversas generaciones”, puntualizó.