Seguir siendo una voz fuerte para los residentes del Distrito 27, impulsar legislaciones que beneficien a todos los arizonenses y contrarrestar medidas antiinmigrantes, son tres de los principales objetivos de la Senadora estatal Catherine Miranda en su primera reelección para dicho cargo legislativo.
Miranda creció en el seno de una familia trabajadora en el corazón de sur Phoenix; sus padres le inculcaron la pasión por el servicio a su comunidad a través del ejemplo con acciones que decían más que las palabras.
Su madre, Santana Hernández compartía sus quehaceres con su devoción para el trabajo en la iglesia St. Catherine y la iglesia Inmaculado Corazón, mientras su padre, Robert Hernández, un veterano de guerra era un orgulloso miembro de la American Legion Post 41, también en sur Phoenix.
Fiel a sus raíces y con la misma devoción que sus padres para el quehacer comunitario, la actual Senadora del Distrito 27, inició una carrera en el servicio público, primero siendo parte de la Mesa Directiva del Distrito Roosevelt, y luego, poco a poco, escalando posiciones de liderazgo en distintas áreas de influencia política.
Miranda mostraba dotes de liderazgo desde muy joven, su dedicación escolar y sus talentos atléticos aparecieron desde muy temprana edad al ser parte de exitosos equipos de baloncesto y recibir ofrecimientos de becas para asistir al colegio South Mountain y la Universidad del Estado de Arizona.
Tras graduarse de la licenciatura en educación primaria por ASU, se dedicó a enseñar en el Distrito Roosevelt. Paralelamente, seguía adelante en sus estudios y en 2004 recibió su Maestría en Liderazgpo Educativo de la Universidad del Norte de Arizona (NAU) catapultándose a la posición de subdirectora en el mismo distrito escolar.
Su carrera en la educación incluye haber ocupado posiciones de liderazgo en los distritos escolares Washington y Cartwright.
La Senadora incursionó en la política apoyada por su esposo, el fallecido legislador Ben Miranda, quien era conocido como el “Campeón del Pueblo” por ser un activo defensor de la comunidad inmigrante.
Su primer cargo legislativo fue como representante estatal del Distrito 16, en donde se destacó por ser una activa promotora de proyectos de legislación en favor de la educación con un enfoque especial en los estudiantes conocidos como Dreamers.
Con la misma pasión que su esposo, Miranda se entregó a su nueva misión como legisladora y no solamente ayudo a crear legislaciones favorables a los arizonenses pero al mismo tiempo fue co-fundadora de la Fundación Manzana que ayuda a los estudiantes indocumentados a prepararse para la universidad.
Dicho proyecto trabaja en alianza con Navajo Technical College para extender cursos acreditados en el área de Phoenix