Fernando Camou, de 24 años, es doble motivo de orgullo para su familia y para la Diócesis Católica de Phoenix.
El joven seminarista, quien en octubre pasado fue ordenado Diácono, y en junio próximo se ordenará sacerdote, marcó huella en la historia al ser parte de la primera misa en español que se oficia en el Vaticano en honor a la Virgen de Guadalupe.
Fernando participó en el canto del Evangelio durante la histórica celebración litúrgica oficiada por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro.
“Es un regalo de la Virgen de Guadalupe, un milagro y una oportunidad hermosa que se haya elegido a mi hijo para estar en esa celebración”, expreso Josefina Camou, madre de Fernando.
La misa de la Virgen de Guadalupe se celebró en español, portugués, inglés, nahuatl, francés e italiano y en ella el Papa pidió “que el futuro de America Latina sea forjado por los pobres y los que sufren”.
Fue un orgullo ver las imágenes de mi hijo en la celebración de la Virgen de Guadalupe, dice Josefina, quien recibió la noticia a través de un mensaje en “Whats App”.
Josefina es coordinadora hispana de planificación familiar de la Diócesis de Phoenix, desde donde apoya a su hijo y la misión que está por emprender como sacerdote.
Vocación temprana
Fernando es un joven que desde los 15 años sintió el llamado del sacerdocio, cuenta su madre. “Después de un retiro espiritual me dijo que sintió la vocación”, comenta.
Dos años después le mencionó que volvió a sentir el llamado y que era para inscribirse en el Seminario pronto”, agrega.
Fernando era un estudiante de ingeniería civil cuando decidió dedicarse en cuerpo y alma a prepararse para el sacerdocio.
La familia de Fernando es oriunda de Hermosillo, Sonora. Sus padres emigraron a los Estados Unidos hace 33 años; todos sus hijos, incluyendo Fernando son nacidos en este país, pero tienen la doble nacionalidad, cuenta Josefina.
“Todos en la familia estamos muy orgullosos de Fernando y yo personalmente solté el llanto de alegría el día que vi a mi hijo cumplir uno de sus máximos sueños que era estar en el Vaticano cantándole a la Virgen de Guadalupe.
Esta historia, agrega Josefina, muestra el interés de la iglesia Católica en el Vaticano que toma en cuenta a sus fieles de todos los rincones del mundo.