Laura, de 14, sueña con asistir a la universidad y convertirse en enfermera, por lo que a pesar de su corta edad ya está pensando en trabajar para ayudar a su familia a conseguir su sueño.
La estudiante de secundaria fue una de las 40 jóvenes que el sábado se congregaron en un domicilio de Phoenix para elaborar pancartas y carteles alusivos al movimiento denominado “Lucha por los 15”, que busca a nivel nacional que se establezca a 15 dólares la hora como salario mínimo para trabajadores de la industria de la comida rápida.
La madre de Laura trabaja en un restaurante de comida rápida, donde el salario que devenga muy apenas alcanza para satisfacer las necesidades básicas de ella y sus hermanos.
Ella quiere poder ayudar a sus papás y quisiera que los salarios fueran mejores para todos, porque quiere ir a la universidad y cuando pueda empezar a trabajar porque, dice que con esos sueldos no le va a alcanzar para pagar la escuela.
Aunque el camino hacia su sueño aún se ve lejano, Laura decidió involucrarse en el movimiento “Lucha por los 15, como una forma de incidir en su futuro.
Le da mucho gusto ver que los jóvenes se están involucrando porque sabe que todos unidos pueden cambiar al mundo, “pero para eso hay que empezar por nuestra ciudad”.
Cocineros y cajeros se unirán a la huelga más grande antes vista en Estados Unidos de la industria de comida rápida el 10 de noviembre – a un año del Día de las Elecciones – con huelgas planeadas en un récord de 270 ciudades, incluyendo Phoenix.
Después de la huelga, los trabajadores de comida rápida en Phoenix llevarán a cabo una protesta a las afueras del Ayuntamiento de la Ciudad de Phoenix, uniéndose a trabajadores mal remunerados en 500 ciudades a nivel nacional para exigir que los líderes electos a nivel nacional apoyen los $15 la hora y derechos sindicales.
La huelga se presenta al tiempo que los trabajadores mal remunerados de Phoenix dicen que llevarán su Lucha por $15 y los derechos sindicales a las casillas para demostrarle a los candidatos de todos los partidos que cerca de 64 millones de estadounidenses a quienes se les paga menos de $15 la hora son un bloque electoral al que ya no se le puede ignorar.