Aunque la celebración del Día de Acción de Gracias no era parte de sus tradiciones, Sandra Orta, inmigrante de origen mexicano, asegura que junto a su familia ha acogido el festejo para asimilarse a las costumbres y cultura de los Estados Unidos.
La joven madre de cuatro hijos emigró hace 25 años de su natal Saucillo, Chihuahua, para seguir a su aún esposo.
Como muchos inmigrantes recién llegados, ella recuerda que le costó un poco de trabajo adoptar las nuevas tradiciones como la celebración del Día de Acción de Gracias.
Al igual que en millones de hogares en Estados Unidos, el pasado jueves, Sandra se sentó a la mesa para cenar los acostumbrados alimentos que marcan la festividad, como el pavo relleno, la salsa de arándanos, camotes y pastel de calabaza, entre otros.
El día de Acción de Gracias tiene sus orígenes en una mezcla de tradiciones europeas y aborígenes. En Europa, los festivales se llevaban a cabo antes y después de los ciclos de cosecha para agradecer por una buena cosecha, y para celebrar después del duro trabajo junto con el resto de la comunidad.
Los nativos americanos también celebraban el final de la cosecha, pero cuando los europeos llegaron a lo que sería América por primera vez, llevaron sus propias tradiciones (fiestas de la cosecha) desde su continente, celebrando el final de su viaje, la paz y la buena cosecha.
Para familias inmigrantes como la de Sandra, esta fecha significa un momento para reunirse en familia para degustar un platillo de pavo y para dar gracias por las bendiciones recibidas.
En su caso, dice que ella da las gracias por la salud de toda su familia, y en general por el bienestar de la comunidad.
En Estados Unidos el Día de Acción de Gracias también marca el inicio de la temporada de compras navideñas con el tradicional “Viernes Negro” (Black Friday).