Tucson.- Gabby Giffords está ocupada.
Está ocupada con terapia —muchos tipos de terapia, dice con una sonrisa_, así como con yoga; dirige a un grupo nacional que hace campaña para endurecer las leyes que regulan el uso de las armas y también aboga por la seguridad de las mujeres.
Más de tres años después de haber sido baleada en la cabeza en un ataque en una tienda de Tucson en el que murieron seis personas y otras 13 resultaron heridas, Giffords, que sigue estando parcialmente paralizada y tiene dificultades para hablar, no se queda quieta.
“Sigo luchando para hacer del mundo un lugar más seguro, y ustedes también pueden hacerlo”, dijo Giffords el martes en la Conferencia de Liderazgo de la Mujer, efectuada en la Asociación Cristiana de Mujeres Jóvenes (YWCA, en inglés) de Tucson, donde recibió un premio por ser un “agente de cambio”.
Giffords, que fue presentada por su madre, Gloria Giffords, y su marido, Mark Kelly, ofreció un breve discurso en el que imploró a las mujeres que actúen en nombre de los demás.
“Sé apasionado. Sé valiente. Da lo mejor de ti mismo”, dijo Gabby Giffords.
La ex congresista de Tucson ha sido una firme defensora de que se implementen leyes de armas más estrictas desde el tiroteo masivo de diciembre del 2012 en la escuela primaria Sandy Hook de Newtown, Connecticut, en el que fallecieron 20 niños y seis adultos.
Giffords y Kelly, un ex comandante de transbordadores espaciales de la NASA, fundaron la organización Estadounidenses por Soluciones Responsables, que aboga por endurecer las leyes que regulan las armas, incluida la comprobación de antecedentes de todos los que las compran.