Notablemente arrepentido, el ex oficial del Departamento de Policía de Phoenix, Jeremy Sweet, acusado de encañonar con su arma de cargo a Armando Ruíz, pidió perdón al activista de sur Phoenix, el miércoles durante la audiencia de sentencia por los hechos registrados en octubre de 2014.
Tras llegar a un acuerdo extrajudicial, Sweet, de 52, se declaró culpable de un cargo de conducta desordenada, un delito criminal menor clase 1, por el que fue sentenciado a 9 meses bajo libertad supervisada.
Debido a la falta incurrida que afecta la pérdida de la confianza de la comunidad, hechos agravantes en el caso, se informó que Sweet no podrá volver a portar el uniforme y la placa de policía en Phoenix.
Durante la audiencia de sentencia, Ruiz relató ante el juez Peter Reinstein la forma en que el ahora ex oficial lo amedrentó con una pistola en un incidente registrado en octubre pasado en el área de sur Phoenix.
Los hechos se registraron en octubre de 2014, cuando Ruíz se dirigía a la misa cotidiana del mediodía en la Basílica St. Mary’s.
El ex policía viajaba en una van blanca que transportaba a seis detenidos a bordo, la cual tras una serie de intentos “zigzagueantes” le cerró el paso al vehículo del activista para amenazarlo con el arma de fuego.
Ruiz detalló ante el juez lo que parecieron los dos minutos más largos de su vida al verse en peligro de ser asesinado por el furioso policía.
“Cuidado a quién le tocas el claxon la próxima vez”, recordó Ruiz que le dijo su agresor antes de bajar el arma y retirarse de la escena.
Ruiz le dijo al juez que es un hombre con misericordia pero siente que la confianza que le da la comunidad a la policía fue violada en este caso, por lo que pidió justicia.
Pide perdón
En su defensa, el ex policía admitió que fue un error de “90 segundos” del cual se arrepiente. Frente al juez y volteando a ver a Ruiz le pidió perdón al activista.
“Soy un hombre de 52 años, estoy consciente que actúe mal y no volvería a suceder algo similar, pido una oportunidad”, dijo.
Antes, el abogado de Sweet invitó a cinco, de un total de 13 amigos y compañeros de trabajo de su cliente, que pasaran a dar testimonio acerca del carácter moral del ex oficial.
Los testigos coincidieron en señalar que Sweet es un buen hombre “generoso” y con una gran pasión por su labor como protector de la seguridad pública.
Desde su asiento, Sweet observaba el desfile de testigos a su favor mientras trataba de mitigar algunas lágrimas que invadieron su rostro.
El juez Reinstein notó el hecho de que estuvieran presentes en la audiencia varias personas que hablaron del carácter y la ética de Sweet. También resaltó que veía a un hombre que mostraba remordimiento por sus actos.
Pero, dijo: “su buena reputación no es excusa para hacer lo que hizo”. “Por alguna razón decidiste apuntar con el arma.
Al final de la audiencia, Armando Ruíz declaró lo siguiente: “la justicia no es perfecta pero en este caso estoy satisfecho. El policía hizo algo incorrecto, no creo que él deba, y deseo que no vuelva a portar uniforme”.
Por su parte, el ex oficial declinó hacer comentarios.