Dos hombres fueron detenidos en la casa marcada con el 5 de la calle Cerezos, en la Colonia Fuentes del Mezquital. Foto: Agencia Reforma

Hermosillo, México.- Golpeado del rostro y con las muñecas esposadas, un hombre aprovechó que sus secuestradores dormían y de manera sigilosa abandonó el domicilio donde él y su esposa estuvieron recluidos por varios días para pedir auxilio.

El hombre, de 34 años, caminó a una cuadra de la casa de seguridad, donde cerca de las 7:15 horas, un vecino vio su boca sangrante, ojos amoratados y rostro inflamado, y de inmediato pidió apoyo policiaco.

Un elemento de la Policía Municipal le quitó las esposas y pidió refuerzos para entrar en el domicilio marcado con el número 5 de la Calle Ahuehuetes, en la Colonia Fuentes del Mezquital.

Los uniformados encontraron en una recámara a uno de los secuestradores que dormía junto a una mujer de 19 años, quien sentada en un colchón esperaba ser rescatada.

Aunque estaba golpeada del rostro igual que su marido, la mujer dijo estar bien al momento de salir del domicilio, en tanto el secuestrador era esposado.

Al igual que en la primera habitación, los uniformados entraron a la segunda recámara con la pistola desenfundada, donde un tipo despertó súbitamente al verlos, pero sin oponer resistencia fue apresado.

La Policía Municipal ingresó a las celdas municipales a Cristo Abigaíl Álvarez Díaz, de 24 años; y a su cómplice Eridian Alejandro Nieblas Soto, alias “El Cholo”, de 20 años.

De acuerdo con su testimonio, ambas víctimas caminaban afuera de su domicilio, cuando los hombres armados los subieron por la fuerza a un vehículo y los trasladaron hacia ese domicilio, donde los golpearon y torturaron física y mentalmente.

Al momento de la detención, los policías estatales aseguraron una caja con 150 balas calibre .223 que usan los fusiles AR-15, así como un cargador para Cuerno de Chivo y una manopla metálica que usaron para golpear a los secuestrados.

Vecinos del sector comentaron que no habían notado nada anormal en sus vecinos, quienes usualmente bebían hasta la madrugada con el estéreo a todo volumen, situación que ahuyentó a quienes vivían en casas contiguas.