México.- México ha dado un paso al frente y se ha puesto a la cabeza de un esfuerzo que trata de cortar de raíz el flujo de centroamericanos que pasan por el país rumbo al norte. Y lo hace con éxito: Ya detiene con el objetivo de deportar a más inmigrantes de la región que Estados Unidos.
La concesión de peticiones de asilo en México es mínima si se compara con las decenas de miles de solicitudes presentadas. En la mayoría de las ocasiones sólo verifica la nacionalidad de los migrantes detenidos y los envía rápidamente en autobuses de vuelta a sus países de origen.
Entre octubre y abril, México ha detenido a 92.889 migrantes centroamericanos. En el mismo período de tiempo, Estados Unidos ha detenido a 70.226 migrantes “no mexicanos”, en su mayor parte de Honduras, Guatemala y El Salvador.
La situación cambió luego de que el flujo de migrantes y menores no acompañados que salía de América Central, comenzó a aumentar. Entre octubre de 2013 y abril de 2014, los Estados Unidos detuvieron a 159.103 “no mexicanos”, tres veces más que las 49.893 detenciones de centroamericanos en México.
Y nadie se sorprende de que en México no se les den a los migrantes, que en muchas ocasiones huyen directamente de la violencia y no sólo de la pobreza, las opciones para pedir asilo que la ley recoge. A fin de cuentas, Honduras y El Salvador son los países con mayor índice de homicidios per cápita del mundo y muchos de los migrantes huyen de la extorsión, el reclutamiento forzoso y las amenazas de las pandillas callejeras.
Fray Tomas Gonzalez, director del albergue de migrantes “La 72” en Tabasco, al sur de Mexico cree que México “le está haciendo el trabajo sucio, muy sucio, a los Estados Unidos”.
La Secretaría de Gobernación de México, que tomas las decisiones en política migratoria, no respondió a las preguntas de AP.
En 2014 el Departamento de Estado registró 41.290 peticiones de asilo, no todas de centroamericanos, y el 49% fueron concedidas. Las cifras disponibles en México indican que entre enero y septiembre de 2014 se presentaron 1.525 solicitudes, la mayor parte de centroamericanos y sólo se concedieron 246. Una de cada seis.
El cambio de política comenzó con la aprobación del plan Frontera Sur en julio de 2014. Fue entonces cuando empezaron a lanzarse operativos en el tren que los migrantes usan para cruzar México de sur a norte. Se intensificaron los controles en las carreteras que tratan de impedir que viajen en autobús y camioneta y comenzaron a monitorear los lugares en los que los inmigrantes se alojaban tradicionalmente: hoteles baratos a lo largo de las vías del tren.
Al principio muchos pensaron que los operativos durarían poco, que México no podría ni querría mantener el control durante mucho tiempo. Pero, de hecho, no sólo ha continuado sino que se ha intensificado. México deportó en los cuatro primeros meses de 2015 unos 79% más de centroamericanos que en el mismo período del año anterior.
“Son deportaciones exprés, no se les da la posibilidad de solicitar refugio. Los operativos son violentos, todo el proceso es violento y veloz”, dijo Rubén Figueroa, del Movimiento Migrante Mesoamericano.
El mecanismo de detención y deportación no contempla la solicitud de refugio en la práctica. “No dan tiempo. La autoridad no quiere detalles. Es muy difícil que puedas decirle a quien te baja a golpes del tren o te saca de un transporte que lo que quieres es solicitar refugio”, denunció Figueroa.
El Instituto Nacional de Migraciones de México no ha facilitado datos sobre el tiempo que los migrantes pasan en los centros de detención antes de ser deportados.