México.- El gobernador del estado de Morelos señaló que el asesinato de una alcaldesa a menos de un día de asumir el cargo es un mensaje del crimen organizado.
Graco Ramírez indicó que con el crimen se busca convencer a otras autoridades de que no acepten que los policías locales estén bajo un mando único estatal.
Ramírez hizo tales declaraciones la noche del domingo, un día después del asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota, que fue baleada el sábado por la mañana —menos de 24 horas después de jurar su cargo el día de Año Nuevo.
El lunes, Ramírez señaló a través de su cuenta de Twitter que “las líneas de investigación señalan que fue el grupo delincuencial de los Rojos” el “responsable” del asesinato de Mota.
Para el gobernador de Morelos, el atentado contra la alcaldesa de Temixco —donde tiene su sede el departamento de seguridad estatal— fue “un mensaje y una clara amenaza para que los presidentes municipales que recientemente han entrado en funciones no acepten el esquema de coordinación con el modelo policíaco que hemos impulsado”, es decir, el mando único.
Según Ramírez, lo que intenta el crimen organizado es aprovecharse de la coyuntura política actual de cambio en los gobiernos locales para volver a controlar a todas las policías municipales, tradicionalmente los cuerpos de seguridad más corruptibles.
Ramón Castro, obispo de la Diócesis de Cuernavaca, quien ofició misa el domingo en el hogar de Mota, también consideró que el ataque pudo ser “una advertencia” para los demás alcaldes en el sentido de que “si no cooperas con el crimen organizado mira lo que te va a pasar”.
Los Rojos es uno de los grupos del crimen organizado que opera en este estado, enemigo del grupo Guerreros Unidos. Ambas organizaciones mantienen una férrea guerra por el control de territorios y ambas surgieron tras la caída del cártel de los Beltrán Leyva, una escisión de Sinaloa que operaba en el centro-sur del país.
Estos grupos también están presentes en el vecino estado de Guerrero. Guerreros Unidos está vinculado directamente con la mayor desaparición forzada de la historia reciente de México, la de 43 estudiantes en Iguala en 2014, efectuada supuestamente por policías y autoridades vinculadas con este cártel. Y algunos detenidos por este caso dijeron que atacaron a los estudiantes al confundirlos con miembros de Los Rojos.
El gobernador Ramírez indicó, en declaraciones a Televisa, que detrás del asesinato de Mota parece estar una célula de Los Rojos encabezada una persona de nombre Santiago Mazari que opera en Guerrero, Estado de México y también en Morelos.
Ramírez añadió que algunos alcaldes se han quejado de que ambos grupos criminales les extorsionan o les han secuestrado, y dijo que lo que suelen querer son tres cosas: Poder elegir al jefe de seguridad del municipio, tener control de las obras públicas y disponer del 10% del presupuesto municipal.
Temixco, con aproximadamente 100.000 habitantes, es un suburbio de la ciudad de Cuernavaca, la capital de Morelos conocida como “Ciudad de la eterna primavera” y que durante décadas fue un sitio favorito de descanso para residentes de la cercana Ciudad de México.
Sin embargo, los grupos dedicados a la venta de drogas y la extorsión han plagado el área en años recientes, ahuyentando a algunos turistas y residentes. La autopista —y rutas de las drogas— entre la capital del país y el puerto de Acapulco, pasa por Cuernavaca y Temixco.
El gobernador, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, el mismo de Gisela Mota, es un firme defensor del mando único al asegurar que ha conllevado una reducción en el número de secuestros, extorsiones y homicidios que han azotado Morelos en los últimos años porque los agentes locales son más controlables.
Sin embargo, también hay muchos críticos que no confían en este modelo y tachan a Ramírez de utilizar el asesinato de la alcaldesa de forma oportunista con el fin de convencer a otros presidentes municipales, como decía el diario local La Unión de Morelos.
La propia Mota había aceptado el mando único aunque pero con ciertas condiciones.
Uno de los mayores detractores de esta estrategia es Cuauhtémoc Blanco, el ex futbolista convertido desde el 1 de enero en el nuevo alcalde de Cuernavaca, la capital del estado.
El mismo día de su toma de posesión dijo que recuperaba la autonomía de su policía local de la ciudad y se quejó de que el mando único le había retirado parte del equipamiento de sus agentes. Después del asesinato de Mota reiteró que no aceptaría el mando estatal aunque el gobernador anunció el domingo que impondría esta coordinación.
“Detrás Cuauhtémoc Blanco hay personas que quieren aprovechar su inexperiencia para que grupos delincuenciales se instalen en Cuernavaca”, argumentó Greco Ramírez a través de Twitter.
“Responsabilizo al gobernador si algo me pasa a mí o a mis colaboradores. No al mando único”, contestó Blanco por la misma vía.
El comisionado de Seguridad de Morelos, Alberto Capella, aclaró a la AP que a partir del lunes él quien coordina de forma unificada a las policías de 25 de los 33 municipios del estado, incluido Cuernavaca, y que una petición de los agentes de esta ciudad ante la decisión de su nuevo alcalde de retirarse del mando único fue “que no les dejáramos solos”.
Una organización que representa a los alcaldes del país, la Asociación de Autoridades Locales de México, recordó el domingo que el asesinato de líderes de gobiernos municipales no es algo excepcional ya que casi 100 alcaldes han sido asesinados en toda la nación en la última década “principalmente a manos de la delincuencia organizada”.
Tras el asesinato de Mota, dos sospechosos murieron en un enfrentamiento con la policía y otros tres fueron arrestados. Las autoridades señalaron que entre los detenidos se encuentran una mujer de 32 años, un adolescente de 18 años y un menor de edad. Los funcionarios ofrecieron pocos detalles adicionales, aunque el procurador de Justicia (fiscal) del estado, Javier Pérez Durón, afirmó que los detenidos están vinculados con otros delitos.
El comisionado de seguridad agregó el martes que los agresores pueden estar vinculados a la desaparición de un policía ministerial de Guerrero y con cuatro homicidios.