Su éxito se inició con dos novelas temáticamente complementarias que trazaban el crítico balance de cincuenta años de “revolución” mexicana: La región más transparente (1958), cuyo emplazamiento urbano supuso un cambio de orientación dentro de una novela que, como la mexicana de los cincuenta, era eminentemente realista y rural; y La muerte de Artemio Cruz (1962), brillante prospección de la vida de un antiguo revolucionario y ahora poderoso prohombre en su agonía. – biografiasyvidas.com