México.- La carrera artística de Rocío Dúrcal es reconocida en gran parte del mundo, pero de su vida privada poco se conoció y mucho se inventó. Sin embargo, la cantante española fue una mujer que se ocupó mucho de la gente que la rodeaba, pues además de su esposo e hijos, a sus trabajadores siempre los trató como parte de su familia.
Y esta “familia” se hizo extensa en México, pues tenía un grupo de personas que le servían aunque ella no estuviera en el país, pues se encargaban de dar mantenimiento a su departamento, a sus vehículos y pagar sus cuentas, entre otras actividades.
Así que cuando ella llegaba a territorio mexicano ya la esperaban sus empleados, a quien Rocío siempre tuvo mucho cariño y grandes consideraciones.
Uno de esos “familiares” que la Dúrcal tuvo en México, es el señor Alejandro Aníbal Chino Raigoza, quien durante más de 16 años trabajó bajo las órdenes de la cantante, y que la recordó con mucho cariño ahora que están por cumplirse 10 años de su muerte.
“Yo trabajé en el staff de Flans hace como 20 años, ahí conocí a la señora Guillermina Juárez, quien era la manager de Rocío Dúrcal en México y me comentó que Rocío necesitaba una persona para que trabajara con ella por 20 días, y me quedé 16 años”.
Don Alejandro, a quien se le conoce como “el Chino” (por su apellido), comentó que comenzó como chofer, luego fue parte de la seguridad de la estrella, hasta convertirse en su empleado de confianza.
“Poco a poco fui ganando su confianza, primero como chofer, luego como parte de su equipo de seguridad, después empecé cuidar el pent-house de la señora y me quedé coordinando a los empleados y a cargo del departamento”.
Añadió que fue tanta la confianza que depositó en él, que ya tenía una recámara en el departamento. “Ella me pidió que me quedara, me tuvo mucha confianza y la verdad surgió un gran cariño por ella, no sólo de mi parte, sino de mi familia y de todos los que trabajábamos con ella”.
Ese cariño y amistad creció tanto, que hasta compadres se hicieron, “fue la madrina de bautizo de mi hijo Uriel, y quiso ser la madrina de primera comunión de mi hijo Alexis. La verdad es que ella nos trataba como a su familia, cuando venía a México su familia éramos, además de su esposo, sus trabajadores, el mariachi y el equipo de producción”.
Recuerda que el día del bautizo de su hijo Uriel, Rocío Dúrcal se presentó por la mañana en el programa “Hoy mismo”, de Guillermo Ochoa, y casi no llega a la iglesia.
“El padre ya estaba desesperado e incrédulo de que fuera ella la madrina, y sobre todo de que llegara, finalmente llegó, tarde, pero llegó. Yo sabía que llegaría”.
Confesó que a Rocío Dúrcal le gustaba cocinarles.
“A la señora Dúrcal le gustaba guisar y cuando lo hacía, no guisaba para una o dos personas, hacía bastantito y nos invitaba a todos, al mariachi, a los empleados, a mi esposa, a los técnicos y nos encantaba que nos hiciera fabada o paella”.
Dijo que a lo largo de esos años pasó grandes momentos con la intérprete ibérica, pues era una mujer muy divertida y platicadora.
Añadió que ya luego de la presentación, a la hora de la cena, sacó sus chiles para acompañar la cena. “Yo traigo mis chiles que me regalaron, les dijo y además se los comía a mordidas, pues le gustaba mucho el picante”.
Don Alejandro recordó que en otra ocasión, también al regresar de un show del interior del país, ya de noche, a la cantante le dio hambre, pero iban por Ecatepec, y a esas horas era difícil de encontrar un restaurante abierto.
“Ella quería una torta, pero inmediatamente cambió de opinión y dijo ‘¡o unos taquitos al pastor!’, y lo único que encontramos fue un puestecito de esos que llamamos “parados” y me bajé a comprarlos, pero cuando me di cuenta ya estaba ella frente al puesto, y pues ahí mismo se comió sus taquitos, obvio tampoco le quisieron cobrar, los mismos taqueros se quedaron con ese recuerdo para siempre, aunque a lo mejor nadie les creyó”.
“Cuando ella murió, le entregué todo a su hija Shaila, al señor Antonio tampoco volví a verlo, y confieso que para mí la señora no ha muerto, yo tengo una vecina que la escucha todos los días a todo volumen y todos los días está presente. Pienso que está en su casa de España y que pronto va a regresar a trabajar, aunque la verdad es otra”.