México.- Si hay algo de lo que Raphael puede jactarse en su paso por la música es de ser un buen alumno de sí mismo, y de haber cumplido con un deber que se impuso hace 50 años, cuando incursionó en el Festival de Eurovisión: trazarse un camino limpiamente y sin molestar a nadie.
Será por eso que el astro español afirma que no tiene derecho de pedir nada porque, a sus casi 73 años, considera que “la vida ya le ha dado demasiado”.
“Yo soy un hombre que tiene la inmensa suerte de trabajar en aquello que le gusta, en lo que le hace feliz, en lo que lo llena, y parece que esto no tiene punto final, por ahora”, dijo Raphael el martes, durante una conferencia de prensa realizada en la Ciudad de México, donde presentó “Sinphónico”, el CD y DVD que grabó el año pasado durante un recital en el Teatro Real de Madrid.
“No tengo derecho a pedir nada, aunque si así fuera, pediría salud para todos vosotros”, comentó sonriente el llamado “Divo de Linares”.
Para el baladista su nuevo álbum es una muestra fehaciente de que la experiencia es la mejor aliada cuando de adentrarse en nuevos caminos sonoros se trata.
“Si esto lo hubiera hecho cuando tenía 25 años, no habría sido igual”, dijo sobre su álbum sinfónico. “He tenido que esperar al momento grande que tengo en este momento de mi vida, en mi carrera, no solamente por la experiencia tan grande que tengo en las cosas, sino porque afortunadamente la voz me está acompañando”.