Gran figura en la historia del cine mexicano, Mario Almada asegura que el cine que se realizaba antes en México, era mejor que el de hoy.
“Fue una gran época, porque era muy buen negocio en ese tiempo. Sin embargo, vinieron los ‘piratas’ y acabaron con todo. Han pasado varios sexenios presidenciales y ninguno ha podido hacer nada. Eso fue lo que acabó con la industria”, comenta el actor en el libro “Cine Mexicano del 70: La Década Prodigiosa” del periodista e investigador Fabián Polanco.
Polanco comparte que en esta entrevista que le realizara al actor sonorense, hace referencia al éxito, tanto en México como en Estados Unidos, de sus 320, como actor, director y guionista la mayoría en el género western.
“Durábamos mucho tiempo en cartelera. Por ejemplo, ‘Todo por Nada’ estuvo fácil 15 semanas en un cine; y en Estados Unidos nos daban 15 salas para exhibirla. Entonces, el volumen es lo que ayudaba para hacer negocio, porque al productor le queda el 18 por ciento de las ganancias. Tiene que pagar lanzamiento, copias y toda la película. Ahora es muy duro conseguir el dinero, sobre todo en esta época que ya no hay ni cines para el cine mexicano”, considera el actor.
Refiere Fabián Polanco, que Mario y su hermano Fernando Almada, fueron considerados los reyes del cine de acción y western mexicanos, lo que el veterano actor ahora ve con mucho orgullo, pues casi siempre hicieron el papel de los buenos de la historia.
“El western jalaba mucha gente. Llenábamos los cines y agarramos esa línea. Después nos metimos a las cosas de los narcos, de los balazos. Pero siempre contra los malos. Una de ellas la hicimos por necesidad, ‘La banda del carro rojo’ (México, 1978; Rubén Galindo); pero en todas las demás éramos siempre autoridades contra el crimen, contra el narco”, relata don Mario.
El actor cuenta en este libro, que su incursión en la actuación y en el cine, llegó en 1960 y fue casi fortuita.
“Nunca pensé en ser actor. Fui agricultor durante treinta años allá en Huatabampo, Sonora, mi tierra natal. Luego me fui a la Ciudad de México a trabajar con mi padre a un night club, el mejor que había ahí, llamado “Cabaret Señorial”. En esos momentos, mi hermano Fernando ya estaba dentro del cine y cuando fracasó el centro nocturno, entré al cine a los 38 años de edad”.
Anécdotas como esta y mucho más es lo que cuenta el actor en este libro de Fabián de Polanco.
Actualmente, a sus 94 años de edad, don Mario goza de cabal salud, y aún no se da por retirado, pues está dispuesto a seguir trabajando, siempre y cuando se filme o se grabe en su casa de Cuernavaca, pues le cuesta trabajo, eso sí, trasladarse de un lugar a otro.