San Francisco.- La gran revelación de la visita de Kim Kardashian en el venerado Commonwealth Club of California en San Francisco fue que llevaba puesta una prenda de tela elástica debajo de su vestido negro de diseñador para ocultar la celulitis, no su barriga de embarazada.
La estrella de los realities de televisión y personalidad de la moda fue invitada al club de 112 años, que se presenta como el más antiguo del país y el mayor foro dedicado a temas de interés público, para charlar sobre su famosa familia, sus negocios en la cultura millennial y el trato a las mujeres como objetos en los medios de comunicación.
Su elección creó cierta controversia en el Commonwealth Club. Algunos de los miembros del club y el público de su programa de radio dijeron que no les parecía que Kardashian merecía compartir un foro famoso por recibir a oradores tan notables como el presidente Franklin D. Roosevelt y Martin Luther King Jr. La página de Facebook del programa se había encendido en días recientes con comentarios a favor y en contra de su selección.
A pesar de todo Kardashian sí habló de temas importantes, y otros no tanto, durante su charla de una hora ante un público extasiado compuesto principalmente por jóvenes y mujeres. Las preguntas leves que le hicieron, primero una juez estatal retirada y después el público desde Twitter, provocaron algunas respuestas profundas.
“¿Cómo explicas tu popularidad?”, le preguntó la juez LaDoris Cordell a Kardashian una vez que se agotó el tema del atuendo de la celebridad de 34 años.
“Me encantan las redes sociales yo las reconozco como responsables de gran parte de mi carrera”, respondió Kardashian. “Mi carrera está basada en la apertura, apertura y honestidad”.
Cordell destacó que Kardashian tiene 94 millones de seguidores en las redes sociales.
“Quizá son las selfies en bikini”, contestó la fotogénica personalidad. “Definitivamente creo que comparto demasiado, pero yo estoy demasiado comprometida”.
La juez también le preguntó si es viable que las jóvenes sean exitosas en un mundo dominado por hombres.
Kardashian, quien tiene marcas de maquillaje, productos para el cabello, perfume y ropa, así como una aplicación muy popular de juego lo pensó.
“Hay toda una generación de jóvenes, chicas, que son hermosas pero no tienen una gran ética laboral”, dijo. “La gente piensa a veces que con la belleza las cosas serán más sencillas. Pero yo los invito a que se esfuercen”.
Después llegó el momento de las preguntas duras, por ejemplo si los medios de comunicación degradan a las mujeres al grado de convertirlas en simples objetos sexuales y si las selfies que Kardashian publica la convierten en un objeto.
“Sí, no creo que sea algo malo”, respondió. “Creo que hay poder en eso y creo que tengo el control de poner lo que yo quiera así que incluso si me estoy volviendo un objeto, me siento bien con eso”.
Durante su tiempo en el estrado, Kardashian dijo que el público le ha “dado más apoyo que el que hubiera podido imaginar” con Caitlyn Jenner, su padrastro transgénero. Reveló que su familia está en terapia de grupo “y todo mundo tiene su propia transición para aceptar y apoyar esto”.
El momento más emotivo llegó cuando Cordell, quien fue la primera juez de raza negra designada en el norte de California, le preguntó cómo planeaban ella y su esposo Kanye West proteger a sus hijos birraciales de la discriminación.
North West, la hija de la pareja, tiene 2 años y Kardashian está embarazada de cuatro meses de su segundo hijo, un niño.
Kardashian dijo que tomó la difícil decisión de no involucrarse con un pasajero de una aerolínea que gritó insultos raciales contra ella cuando viajaba con su hija.
West “habla muy abiertamente de temas raciales”, dijo. “Creo que nuestra comunicación será de mucha ayuda para nuestros hijos”.
Kardashian agregó que su esposo tuvo la idea del título de su libro de selfies, “Selfish”, del cual firmó algunos ejemplares antes de la charla.