Justo el día de su cumpleaños 18, Camila Fernández firmó un contrato discográfico exclusivo con Universal Music México, lo que marca el inicio de su carrera como cantante.
Miembro de una de las dinastías artísticas más importantes de México, a la joven cantante no le pesa el apellido, al contrario, la enorgullece y la compromete a siempre ser ella misma y a dar lo mejor de sí, en respeto al público, como le han enseñado desde que nació.
“Para mi el apellido Fernández es una bendición de Dios, una meta, y un orgullo, totalmente. La música ha sido mi vida entera, mi pasión desde chiquita y gracias a Dios, cuento con el apoyo y los consejos de toda mi familia para realizar mi sueño”, indicó la joven cantante.
Feliz y emocionada de iniciar su carrera, Camila reveló que esto es lo que desde niña quiso hacer, por lo que además de la herencia y el gusto por hacerlo, se preparó intensamente,
Estoy muy preparada, mi preparación ha sido clases días tras día, pura dedicación, piano, música, solfeo, canto, guitarra. Me gustan todos los géneros, pero por el que más me estoy inclinando es por el pop R&B , que son ritmos con blues”, señaló.
Esta decisión de inclinarse por un género que no es el tradicional ranchero de la familia, lejos de ser rechazado por su padre y su abuelo, es totalmente apoyado.
“Desde chiquita le dije que quería cantar y me han dado total libertad de hacer lo que yo quiera. Mi papá me está dando los mejores consejos, él me está apoyando, es el mejor, me dice que no pierda nunca mi esencia y el profesionalismo, y tenga a mi familia siempre cerca. Mi abuelo también me ha apoyado en todo lo que yo quiero, gracias a Dios, siempre me dijo que la disciplina está primero y entregarme al público”.
Pese a que para sus padres, hubiera sido mejor que comenzara su carrera como cantante con una preparación universitaria que la respaldara, su talento y su ímpetu se impusieron para que fuera ya en este momento, sin embargo, estudiará también una licenciatura. “Mi carrera va a ser Administración de Empresas Creativas, es lo que me late”.
Camila aprende, sin juzgar, lo mejor de la vida y el trabajo de su padre y de su abuelo, “Yo siento que cualquier persona tiene errores, todos cometemos errores y de ellos se aprende, y por algo están donde están mi abuelo y mi papá”.
Aunque hija y nieta de, a Camila no le asustan los retos, pues desde muy niña, aprendió a ganarse por méritos propios, el respeto en un escenario. Contó que cuando iba en quinto año de primaria (11 años) en una exclusiva escuela en California, fue rechazada por sus compañeros.
“Me hacían cara de fuchi en la escuela, porque era latina y hablaba español y me callaban porque les hablaba en español. Y una vez la maestra de Deportes me dijo que iban a hacer una obra de teatro y me quería para un personaje, porque ella era la única que me había oído cantar, y pasó el verano y regresé y en las audiciones participé para un papel para el que ella no me había considerado por el rango de voz y cuando le dije a la maestra, como que no me creía, pero me dijo “ándale”, y canté y todos se quedaron con la boca abierta y ya me empezaron a tratar distinto”.
De la mano de su mamá, América Guinart, de su hermana gemela América y de su hermano Alejandro, Camila brindó por la firma de su contrato, misma que atestiguó minutos antes su papá, quien no quiso estar con ella en esta primera presentación a los medios, para dejarla brillar con luz propia.
Todavía no hay fecha para que la joven cantante lance su primer disco, pero ya está en la producción de temas y se estima que en 2016 de a conocer algunos sencillos.
La carrera de Camila, estará bajo la dirección de Infinity, la empresa de Alejandro Fernández, en unión con Universal Music.