Peyton Manning es el único que ha sido seleccionado cinco veces como JMV de la NFL, uno de los rostros de la liga y, a los 39 años, el quarterback más viejo en guiar a un equipo al Super Bowl.
Con la edad y las lesiones, Manning no es más el super pasador de sus mejores años. Muchos se imaginan que la cuarta actuación de Manning en el Super Bowl va a ser su último partido como profesional.
Cam Newton está en el extremo opuesto de su carrera, con apenas 26 años y haciendo su debut en el partido titular de la liga. Se espera además que gane el MVP por primera vez, parte de una nueva hornada de quarterbacks que son tan peligrosos con las piernas como con el brazo.
Por las próximas dos semanas, hasta que los Broncos de Denver (14-4) de Manning, campeones de la Conferencia Americana, jueguen contra los ganadores de la Conferencia Nacional, los Carolina Panthers (17-1) de Newton por el Trofeo Lombardi en Santa Clara, California, el 7 de febrero, la mayoría de la atención estará en los dos quarterbacks que fueron la primera selección de la lotería con 13 años de diferencia.
“¡Oh, vaya!”, dijo asombrado Newton, cuyo equipo es favorito en las apuestas.
Manning tiene un récord de 1-2 en sus previos Super Bowls. Ganó el cetro con los Colts de Indianapolis en el 2007, perdió con los Colts en el 2010 y de nuevo con los Broncos en el 2014.
Pero esta es una versión diferente de Manning.
Cierto que sigue siendo tan bueno como cualquiera a la hora de descifrar defensas y cambiar jugadas en la línea de Scrimagge.
“No hay dudas que va al salón de la Fama”, dijo el entrenador de los Panthers, Ron Rivera.
Esta no ha sido una campaña espectacular para Mannings — ni, hasta ahora, una para el recuerdo. En general, lo malo superó lo bueno, incluyendo un juego con una clasificación de 0,0 como pasador, 17 intercepciones y solamente nueve touchdowns en la temporada regular, seis semanas lesionado, relegado a quarterback de reserva por primera vez en su carrera y tener que negar reportes que vinculaban a su esposa a la droga prohibida HGH.
“Mi papel ha sido diferente y mis contribuciones son diferentes”, dijo Manning. “Pero me siento afortunado y agradecido por tener la oportunidad aún de contribuir, de alguna manera. Y es un gran honor regresar al Super Bowl”.
Manning vuelve gracias en gran parte a la mejor defensa de la liga, que encabezó la NFl con 52 sacks y permitió menos yardas que cualquier otro equipo, culminando con aguarle la fiesta a Tom Brady ay los Patriots el domingo.
“Defensivamente, fuimos tremendos”, dijo el entrenador de Denver Gary Kubiak, séptimo en la historia de la NFL en llegar al Super Bowl en su primer año a las riendas de un equipo.
Newton lanzó para 335 yardas y dos touchdowns y corrió para 47 yardas y otros dos, guiando a Carolina a una paliza de 49-15 sobre los Cardinals de Arizona en el partido de campeonato de la Conferencia Nacional el domingo. Fue el tipo de actuación que tuvo toda la campaña.
“Yo sigo diciéndolo: NO hemos terminado. No hemos terminado”, dijo Newton.