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Monterrey.- La fiesta de inauguración del Estadio BBVA Bancomer fue una noche para rendir tributo a quienes han escrito la historia del Monterrey durante 70 años, pero con un toque muy regio.
Más de 51 mil aficionados llegaron con la intención de mostrar su pasión por los colores azul y blanco. La noche, calurosa, como no podía ser de otra forma, fue creciendo en intensidad.
Anoche se inventó la ola digital, gracias a los brazaletes sincronizados que se repartieron a todos los aficionados y que fueron la sensación de la noche. Era sólo el comienzo.
Tradiciones, costumbres, cultura del trabajo y todo lo que identifica al regio, desde sus cerros hasta su gastronomía, quedaron plasmados en un colorido número.
La historia del Monterrey fue contada a través de imágenes que algunos recordaron con lágrimas.
“Bienvenidos a casa”, se leía sobre la cancha para avisar que lo mejor estaba aún por venir.
Entonces apareció una constelación de estrellas que brillarán por siempre en el firmamento albiazul: Arnulfo Avilán, ex jugador sobreviviente del primer partido de los Rayados en 1945; Ubirajara Chagas “Bira” y Francisco Bertocchi. Aunque ausente, también honraron a Claudio Lostaunau.
No faltó Magdaleno Cano, quien vistió 437 veces la playera de Rayados; Milton Carlos, quien marcó 73 goles, y Rubén Romeo Corbo, otro goleador histórico con 69 anotaciones.
Obvio, hubo espacio para honrar a los campeones de goleo que ha tenido el club: Francisco Javier Cruz, Guillermo Franco y Humberto Suazo, aunque los últimos dos no asistieron.
Otros ídolos que estuvieron ayer fueron Germán Ricardo Martelotto y Rubén Ruíz Díaz.
Pero de los ex ninguno fue tan ovacionado como el símbolo de los Rayados, el capitán Jesús Arellano, tres veces mundialista y multicampeón.
Francisco Avilán y Daniel Passarella, los técnicos que dieron los primeros dos títulos tuvieron su momento, pero la gran ovación de la noche se la llevó otro “regio por adopción”, el “Rey Midas”, Víctor Manuel Vucetich.
Después empezó a correr un aire algo más fresco para recibir a Eliseo Robles Jr., Alicia Villarreal, Tatiana, Pepe Elizondo, Celso Piña, Bobby Pulido y Nacho, de Los Claxons, para cantarles a los “Rayados de Corazón”.
Pero pocas cosas más regias que escuchar a Lalo Mora entonar el Corrido de Monterrey secundado por un coro de sedientas voces, que, quizá, no hayan tardado mucho tiempo en pedir una cerveza.
Había transcurrido poco más de una hora, pero se sintió como un instante. Pronto, ya era hora de deshacer el nudo en la garganta y cantar a todo pulmón el himno de los Rayados.
Los juegos pirotécnicos le dieron el cerrojazo a una noche deslumbrantemente regia.