Agentes de la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) se presentaron el domingo sorpresivamente para revisar al personal médico de al menos tres equipos que jugaron como visitantes en la NFL, como parte de una investigación tras acusaciones de ex jugadores sobre uso indebido de medicamentos de uso controlado.
No hubo arrestos, informó el vocero de la DEA, Rusty Payne. El personal médico de los 49ers de San Francisco fue revisado en el MetLife Stadium en East Rutherford, Nueva Jersey, luego de enfrentarse a los Giants de Nueva York. La inspección al equipo médico de los Buccaneers de Tampa Bay se realizó en el aeropuerto Internacional de Baltimore-Washington, luego de enfrentarse a los Redskins.
Los Seahawks de Seattle, que jugaron en Kansas City ante los chiefs, confirmaron mediante su cuenta en Twitter que también se les sometió a una revisión.
La operación no había concluido y otros equipos podrían ser revisados más tarde, comentó Payne.
“Agentes de la DEA se encuentran entrevistando a doctores de equipos de la NFL en varias sedes, como parte de una investigación en curso sobre posibles violaciones a la (ley de sustancias controladas”, informó Payne.
Las inspecciones fueron realizadas por investigadores de la DEA a nivel federal. No se enfocaron en cierto personal, sino que se realizaron para determinar si los equipos visitantes de la NFL trabajaban en cumplimiento con la ley federal. Los agentes solicitaron documentación del personal médico de los equipos visitantes para cualquier sustancia controlada en su poder, y evidencia de que los doctores tenían permisos para ejercer la medicina en el estado del equipo local.
“Nuestros equipos cooperaron hoy con la DEA, y no tenemos información para indicar que se haya encontrado alguna irregularidad”, señaló el vocero de la NFL, Brian McCarthy en un correo electrónico.
La investigación a lo largo de los Estados Unidos es dirigida por la Fiscalía General del Circuito del Sur de Nueva York – donde está establecida la NFL – pero involucra a varias fiscalías del país.
La investigación se deriva de una demanda interpuesta en mayo a nombre de ex jugadores de la NFL desde 1968. El número de demandantes ha crecido a más de 1.200, incluyendo decenas que jugaron tan recientemente como en 2012. Cualquier infracción a las leyes federales antidrogas desde 2009 también podría derivar en una investigación penal porque no estaría sujeta a las limitantes de cinco años establecidas por la ley.
“Es una operación sin precedentes a una liga deportiva profesional”, dijo Steve Silverman, uno de los abogados de los ex jugadores. “Confío que la evidencia revisada y validada que generó estas acciones haya sido sustancial y convincente”.
Los fiscales federales han realizado entrevistas en al menos tres ciudades en las últimas tres semanas, incluyendo dos días en Los Ángeles a finales de octubre, donde se reunieron con al menos media docena de ex jugadores – entre ellos dos nombrados en la demanda por analgésicos-, de acuerdo con gente con conocimiento directo de tales reuniones.
Esas personas hablaron bajo condición de anonimato debido a que los fiscales les solicitaron discreción sobre tales reuniones.
La demanda alega que la NFL y sus equipos, médicos y de acondicionamiento, actuaron imprudentemente con respecto a la salud de los jugadores, al retener información sobre lesiones y al mismo tiempo repartir analgésicos controlados como Vicodin y Percocet.
Igualmente, habrían distribuido anti inflamatorios como Toradol para disimular el dolor y minimizar el tiempo de ausencia de los jugadores por lesiones. Los jugadores señalan que algunos equipos llenaban recetas a nombre de los jugadores sin su conocimiento o consentimiento y luego entregaban dichas sustancias -de acuerdo con uno de los abogados de la parte acusadora- “como si fueran caramelos en noche de brujas” y combinarlos en “cócteles”.
Varios ex jugadores entrevistados por la AP describieron las filas de compañeros que esperaban a recibir su inyección el día del partido. Esas colas eran tan largas que salían del consultorio médico.
Otros recordaron los vuelos a casa, en que el personal médico caminaba por los pasillos del avión y los jugadores les pedían con los dedos el número de pastillas que querían.
La ley de sustancias controladas indica que solo los médicos y los practicantes de enfermería pueden entregar estos medicamentos, y solo en los estados en los que cuentan con licencia. Asimismo, establece estrictos requerimientos para adquirir, etiquetar, documentar y transportar dichas drogas. Los médicos sin licencia violarían la ley con el simple hecho de llevar medicamentos que requieren receta para su venta.
Los ex jugadores han reportado un amplio espectro de efectos debilitantes, desde dolores crónicos en músculos y huesos hasta daño permanente en órganos y nervios, así como adicción. Aseguran que esos problemas de salud vienen del uso de las sustancias, pero no se ha comprobado un vínculo entre esas condiciones con el uso prolongado de analgésicos.