Nueva York.- Una temporada sobresaliente terminó con una sensación de vacío. Los Mets perdieron la Serie Mundial apenas en cinco juegos, y sin embargo estuvieron muy cerca de ganarla.
Tuvieron la ventaja sobre Kansas City en el octavo inning o después en tres encuentros que terminaron perdiendo. Jugaron 53 entradas, y sólo estuvieron en desventaja al final de 13 de éstas.
De haber sacado nueve outs diseminados en momentos cruciales, los Mets hubieran sido los protagonistas de la celebración en el Citi Field. En cambio, los Reales festejaron en campo ajeno.
“Esto duele, sin duda”, reconoció el capitán David Wright.
Después de salvaguardar ventajas en toda la temporada, gracias a la fiable labor del cerrador dominicano Jeurys Familia, los Mets no pudieron liquidar a los empeñosos Reales. Boletos inusitados, defensiva deficiente y un par de decisiones cuestionables por parte del manager Terry Collins terminaron hundiendo a Nueva York.
Ahora, lo que sigue es un largo periodo de lamentaciones y una pregunta obsesiva: “¿Qué hubiera pasado si…?”
Pero los peloteros prefieren que sean otros quienes hagan esa pregunta.
“Si empiezas con eso te vuelves loco”, dijo Wright. “En unos días o semanas, cuando tengamos la oportunidad de sentarnos para reflexionar sobre lo que hicimos para llegar aquí, creo que a todos se nos dibujará una gran sonrisa en el rostro”.
Es cierto, Nueva York lució brillante para conquistar el título de la Liga Nacional por primera vez en 15 años.
Nadie daba un centavo por los Mets, en una División Este donde Washington se consideraba amplio favorito. Pero Matt Harvey y Nueva York entusiasmaron a los fanáticos en el Citi Field durante su primera campaña con foja ganadora desde que el Shea Stadium era su casa, en 2008.
Los Mets pusieron fin a una racha de nueve años sin llegar a la postemporada y se apoderaron del sexto banderín divisional en su historia. En una tensa primera ronda de los playoffs, eliminaron a los Dodgers de Los Ángeles, un equipo con una nómina de 290 millones de dólares.
Y en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, barrieron a los Cachorros de Chicago, con una muestra de dominio en el pitcheo y poder al bate.
“Es lo mejor que he vivido en un campo de béisbol”, aseguró Wright, quien regresó a finales de agosto, luego de perderse más de cuatro meses de acción por una lesión de muslo y una estenosis espinal.
En el camino, Jacob deGrom y el novato Noah Syndergaard demostraron una calidad digna de octubre. Steven Matz hizo lo propio, pese a una experiencia limitada, y Daniel Murphy se convirtió en un astro capaz de romper marcas en los playoffs.
“Tremendo año”, sintetizó Collins el lunes por la madrugada, tras la derrota en 12 innings ante los Reales, en el quinto juego. “Sólo les dije a los jugadores, ‘he hecho esto por un largo tiempo, y jamás me había divertido tanto’. En marzo o en junio, nadie habría dicho que íbamos a estar aquí”.
Gracias a la presencia de jóvenes ases, los Mets podrían seguir en estas alturas durante los próximos años.
Se espera que Zack Wheeler regrese para mediados del año próximo, tras someterse a la cirugía de Tommy John. Y toda la rotación prevista de Nueva York tiene contrato hasta 2018.
Todo ello sin contar siquiera a Jonathon Niese, quien ofrecería variantes, sería una buena moneda de cambio en un canje o brindaría la ayuda necesaria de un zurdo en un bullpen, el papel que asumió durante la postemporada.
“Estos chicos demostraron que pueden ser nombres conocidos, que pueden competir por el Cy Young cada año y que pueden guiar a esta organización a los playoffs durante las próximas campañas”, aseveró Wright.
Sin embargo, el bateo perdería dos piezas importantes.
Murphy y el cubano Yoenis Céspedes, quien abandonó el último juego de la serie tras estrellarse una pelota bateada de foul en la rodilla izquierda, se convirtieron en agentes libres el lunes. Lo mismo hicieron otros cuatro peloteros incluidos en la nómina de postemporada: Tyler Clippard, Bartolo Colón, Kelly Johnson y Juan Uribe.
Adquirido a Detroit antes del 31 de junio, cuando venció el plazo de los canjes, Céspedes buscaría un convenio de al menos seis años y 100 millones de dólares. Ha manifestado su deseo de quedarse, pero sus pretensiones no se ajustarían a los planes de los Mets.
“Mi agente me dio que quiere ver qué sale en diciembre, así que todavía es muy pronto”, dijo Céspedes.