Cd. de México.- Luis Antonio Gorocito y Alejandro Molina, jugadores del Necaxa, enfrentan no sólo la demanda de Luis Rodolfo Mariscal, quien se encuentra hospitalizado, en coma inducido, tras la golpiza que le propinaron.
Los futbolistas de los Rayos también tendrán que responder a las querellas de Susana López García, prima de Mariscal, así como de los hermanos Roberto y Eduardo Alderete, quien resultó con lesiones graves en el rostro.
Este último había sido detenido como presunto responsable, pero tras las investigaciones fue puesto en libertad.
“Toda la cara de Eduardo está morada, las cejas, parte de su cachete, trae puntadas, tiene muchas laceraciones en la cara”, comentó Omar Sánchez, quien junto con su esposa Érika Cortés, representaron legalmente a los agredidos hasta la consignación de los deportistas.
El abogado hizo énfasis en que Gorocito actuó con mucha saña para agredir a los demandantes, en especial a Mariscal, a quien incluso golpeó después de que este se había convulsionado.
“Eduardo y ‘Susy’ refieren que levantaron a Rodolfo cuando se estaba convulsionando y se estaba ahogando con su sangre, le comenzó a salir sangre del oído y la boca y ellos intentaron reanimarlo. Comienzan a darle ánimos, pero estos jugadores que ya se habían ido, le dieron la vuelta al estacionamiento.
“Se bajó Gorocito, quien iba manejando, y se va nuevamente directamente contra Luis Rodolfo, ya cuando estaba tirado en el suelo e inconsciente, lo siguió golpeando de forma brutal, con los pies y los puños”, agregó el litigante.
Una fuente policiaca consultada por CANCHA informó que en su declaración, Gorocito dijo que se encontraba alcoholizado y lo único que recuerda es haber discutido de manera verbal con alguien, pero sin agredir.
Por su parte, Molina declaró que tras encargarse de pagar la cuenta del bar, salió del lugar junto a Benjamín Joya Jiménez, también jugador del Necaxa, con quien se disponía a irse en un automóvil y fue en ese momento cuando se percató de que no había pagado el boleto del estacionamiento y decidió regresar. Al hacerlo, se dio cuenta que estaban golpeando a Gorocito y se dispuso a ayudarlo.
La defensa de ambos jugadores, quienes fueron suspendidos temporalmente por los Rayos, solicitó 72 horas adicionales para presentar pruebas a favor de los acusados.