Nueva York.- Derek Jeter no quería que la noche terminara.
El capitán que se retira le dio a Nueva York un triunfo más con un gran hit y luego acudió dos veces a su puesto de torpedero, saludando al público que lo aclamaba tras su último partido como local en el Yankee Stadium.
Poco después de que su sencillo crucial en el noveno episodio el jueves les dio a los Yanquis un triunfo de 6-5 sobre Baltimore, Jeter dijo que jugó su último partido en esa posición defensiva. Ahora sólo fungirá como bateador designado en los últimos tres encuentros de su carrera, a disputarse en Boston el fin de semana.
“Quiero llevarme algo especial del Yankee Stadium”, afirmó el pelotero en una conferencia de prensa difundida en la pantalla del jardín central, cuando muchos aficionados aún estaban en sus asientos. “Lo que vi desde mi puesto de torpedero aquí esta noche es lo que quiero llevarme”.
Jeter, de 40 años, comenzó con un doble su último partido con el uniforme a rayas y lo concluyó con otro momento sorprendente en una carrera llena de ellos.
“Uno ni siquiera puede soñar con esto”, dijo el manager Joe Girardi.
Fue abrazado por sus compañeros cerca de la segunda base mientras los otros tres integrantes del grupo de los Cuatro Amigos —Andy Pettite, el panameño Mariano Rivera y el puertorriqueño Jorge Posada— salieron al terreno a felicitarlo junto con el ex manager Joe Torre, el boricua Bernie Williams y Tino Martínez.
“Una especie de experiencia fuera del cuerpo”, dijo Jeter, que se fue de 5-2, con tres carreras producidas.
El afamado jugador elevó un dedo índice y saludó a la multitud de 48,613 espectadores, de los cuales aún permanecían en el estadio casi todos, mientras salía del dugout y caminaba a la posición que defendió durante 20 temporadas. En una imagen vista antes en casi todos de sus 1,391 partidos en el Yankee Stadium, puso el rostro hacia los jardines y se colocó en cuclillas para un momento de reflexión.
“Prácticamente sólo doy gracias porque esto es lo que siempre quise hacer (ser pelotero)”, dijo con relación al ritual que siempre hacía.
El venezolano José Pirela abrió con un sencillo frente a Evan Meek (0-4) en la parte baja de la novena entrada antes de que Brett Gardner pegara un toque de sacrificio. Entonces Jeter envió una línea a un agujero enorme por el lado derecho, y el corredor emergente Antoan Richardson se deslizó en el plato antes del tiro de Nick Markakis.
Jeter, feliz, saltó y elevó ambos brazos entre la primera y la segunda base.
Las celebraciones constantes durante los últimos ocho partidos disputados como locales cimbraron a Jeter, que siempre se caracterizó por controlar sus emociones, y el jueves sintió varias veces que iba a echarse a llorar: mientras conducía al Bronx, cuando sus compañeros le regalaron una pintura y un reloj, y cuando se colocó en la caja de bateo en la novena entrada.
“Creo que he hecho un trabajo bastante bueno en controlar mis emociones durante toda mi carrera”, afirmó. “Hoy no pude hacerlo. En estas últimas semanas ha sido cada vez más difícil, pero hoy no pude hacerlo”.
El pitcher ganador fue David Robertson (4-5).
Por los Yanquis, el venezolano Pirela de 4-2, con una anotada.
Por los Orioles, los dominicanos Alejandro De Aza de 4-2 con una anotada y una impulsada, Jimmy Paredes de 3-0, y Nelson Cruz de 4-0.