Ginebra .- Una denunciante de Catar presentó una queja por el tratamiento que recibió en el informe sobre corrupción en el otorgamiento de las sedes para la Copa Mundial por parte del juez de la FIFA, mientras la Asociación Inglesa de Fútbol exigió el lunes la difusión de la investigación completa.
Phaedra Almajid, extrabajadora en la campaña catarí, dijo a The Associated Press que escribió al fiscal de la FIFA Michael García diciéndole que el juez Joachim Eckert había violado la confidencialidad de su testimonio. La queja fue enviada el domingo tarde a la dirección de correo electrónico del bufete de abogados de Manhattan del que García es asociado.
En la carta de queja, que vio la AP, escribió que Eckhert “me desacredita falsamente para justificar su conclusión indefendible de que el proceso del 2010 fue totalmente aceptable”, en alusión al proceso que culmina en el otorgamiento de la sede.
La protesta de Almajid se suma a la reacción caótica que provocó la FIFA cuando el jueves difundió un resumen de Eckert sobre la investigación de García de corrupción en los procesos del 2018 y 2022 ganados respectivamente por Rusia y Catar. Los dos países han negado toda irregularidad.
El mismo García dijo que Eckert no representó fielmente su trabajo y apeló ante la FIFA. Asimismo pone en cuestión la decisión del juez alemán de cerrar el caso aduciendo que las irregularidades “problemáticas” de los candidatos fueron “de alcance limitado” y no justifican una revisión de las votaciones del comité ejecutivo de la FIFA.
Almajid presentó pruebas a García de supuestas irregularidades en la postulación de Catar cuando ella dirigió el manejo con la prensa internacional hasta principios del 2010. Afirmó que el informe de Eckert la consideró una fuente no confiable en un resumen “crudo, cínico y fundamentalmente erróneo” sobre su cooperación.
“Mi cooperación se basó en vuestra promesa de confidencialidad”, escribió Almajid.
Aunque no es mencionada específicamente por Eckert en su documento de 42 páginas, Almajid fue fácilmente identificada por sus declaraciones públicas previas. Fue mencionada en una declaración de julio del 2011 en la que se retractó de sus denuncias de corrupción, aunque más tarde dijo que recibió presiones para que lo hiciera por parte de funcionarios de la candidatura catarí.
La denuncia más grave de Almajid fue difundida por un comité parlamentario británico en mayo del 2011 según el cual miembros africanos de la junta gobernante de la FIFA recibieron un millón y medio de dólares para votar por Catar en la puja entre cinco países postulantes.
La mujer dijo que sus denuncias habían puesto en peligro su seguridad y la de sus dos hijos.
“He asumido grandes riesgos personales para apoyar la verdad en un ambiente altamente politizado”, escribió a García. “Sin embargo me siento traicionada y denigrada por tener la valentía suficiente para dar a conocer información crítica”.
García debe decidir ahora si utilizar la queja de Almajid para presentar un caso contra su copresidente en el comité de ética por comportamiento antiético.
Eckert y García deben reunirse esta semana para conversar sobre sus diferencias. También deberían cooperar en los casos contra votantes individuales de la FIFA.
Muchos aficionados al fútbol están indignados de que Catar -un diminuto país con poca tradición deportiva y un sofocante calor en verano, pero que tiene un crucial puesto en la FIFA y ofreció una costosa campaña financiada con los ingresos del gas natural-, pueda celebrar su adorado torneo. Y posiblemente en noviembre de 2022, interrumpiendo la temporada tradicional de las competiciones de clubes.
No es la primera acusación de corrupción a la que se enfrenta el presidente de la FIFA. Las elecciones desde 1998 para elegir a un presidente o a un anfitrión de la Copa del Mundo se han vinculado con compra de votos.
No hay acusaciones de corrupción contra el propio Blatter. En cambio, se cree que heredó una cultura de privilegios y un consejo de 24 hombres, de los que varios resultaron después ser corruptibles, y les dejó prosperar.
La Asociación del Fútbol Inglés, cuya candidatura para 2018 fue criticada en el informe de Eckert, quiere que se publique el informe completo de García.
El presidente de esa asociación, Greg Dyke, escribió al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y los miembros del comité ejecutivo para advertirles que la falta de difusión pública “ha ocasionado una nueva declinación en la confianza pública en la FIFA. No podemos seguir así”.