Nueva York.- Jugadores con pedigrí en el béisbol son seleccionados en el draft cada año. Normalmente, eso ocurre en las últimas rondas, cuando los equipos pueden rendirle honor a un ex estelar sin sacrificar una selección valiosa.
Entonces, cuando los Yankees eligieron al hijo del panameño Mariano Rivera, Mariano Rivera III (quien es conocido mayormente como Mariano Rivera Jr.), en la ronda 29 del draft del 2014, era de lugar pensar que la franquicia simplemente le rendía honor a Rivera padre, quien se retiró después de la temporada del 2013.
Sin embargo, Rivera Jr. eligió volver a jugar por Iona College en vez de firmar con los Yankees, decisión que le permitió tener una gran campaña a nivel universitario este año. Los Nacionales lo seleccionaron en la cuarta ronda del draft del 2015.
La selección en una ronda tan alta demostró que los Nacionales veían a Rivera Jr. como un legítimo prospecto, con el potencial de ayudar al equipo grande de Washington en un futuro.
No obstante, ha habido resultados mixtos con Rivera Jr. en la New York-Penn League, donde el derecho tiene efectividad de 6.26 en 23.0 entradas y 12 presentaciones por Auburn. El lanzador de 21 años ha tirado tanto como abridor como relevista al principio de la campaña, antes de trasladarse definitivamente al bullpen a finales de julio.
“Sentíamos que a esta altura de la temporada y con lo que ha hecho durante el último año, el bullpen era lo mejor para que él trabajara en algunas cosas y continuara mejorando”, dijo el director de desarrollo de jugadores de los Nacionales, Mark Scialabba.
Aunque fue abridor durante la mayor parte de su carrera universitaria, Rivera se ha adaptado bien a la responsabilidad de tirar en los innings finales de juegos cerrados cada dos o tres días. Se ha visto eficaz en dicho rol, salvando tres partidos en igual número de oportunidades al registrar 1.93 de efectividad y 12 ponches en nueve presentaciones y 14.0 entradas.
“Salir del bullpen se siente bien diferente al papel de abridor, pero la realidad es que lo estoy disfrutando más”, dijo Rivera Jr. “En la universidad, siempre sabía cuándo estaba programado para tirar. Como relevista, puedes sentirte bien algunos días pero eso no significa que vayas a entrar al juego.
“Creo que me puliré para ser relevista, sea en el rol largo y para los últimos innings. Haré lo que me pidan, pero creo que me voy a quedar en el bullpen”.
La recta de Rivera Jr. estuvo entre 81 y 86 millas por hora cuando el joven llegó a Iona en el 2013. Pero su brazo rápido y mecánica limpia sugerían que el diestro podía tirar con más velocidad. Desafortunadamente, el tamaño de Rivera Jr.-5 pies y 11 pulgadas de estatura y 155 libras-hizo difícil que los scouts proyectaran con certeza ese aumento.
Sin embargo, durante la primavera del 2014 Rivera Jr. empezó a lanzar a 92-95 millas por hora, llegando a un tope de 97.
Los Nacionales quedaron impresionados con el desarrollo de Rivera Jr. en sentido general y lo observaron durante todo su trayecto en Iona.
“Nuestros escuchas lo vieron lanzar muy bien y hacer algunos ajustes”, dijo Scialabba. “Tiene un brazo rápido y explosivo, tira strikes con la recta y rota la bola muy bien.
“Nuestra gente lo vio bien e hicieron un buen trabajo al decidir seleccionarlo”.
Sin bien es cierto que los números de Rivera Jr. no impresionan a primera vista, también es verdad que el material del prospecto ha estado sólido en ésta, su primera campaña como profesional. El derecho ha demostrado la habilidad de provocar los rodados, a la vez que ha trabajado en la zona con consistencia-algo evidenciado por sus dos bases por bolas en 23.0 episodios.
Del otro lado, tirar strikes de calidad de manera consistente-algo que su padre le ha enfatizado desde siempre-ha sido un reto para Rivera Jr.
Por eso es que los Nacionales le hicieron un ajuste a la mecánica del joven este año, bajando el punto en que el lanzador suelta la bola. La meta es hacer más dinámica aun la recta del lanzador.
“Queremos colocarlo en posición de poder comandar la recta y darle un ángulo”, dijo Scialabba. “Queremos asegurarnos de que él esté cómodo y que pueda continuar mejorando”.
Rivera Jr. le atribuye la mayor parte de su desarrollo este año al coach de pitcheo de Auburn, Tim Redding.
“Tiraba muy por encima del brazo en la universidad. Entonces, Red me ayudó a bajar un poco eso y creo que me ha beneficiado tremendamente”, dijo Rivera Jr. “Ha subido mi velocidad y mi localización ha mejorado. También se ha afinado el movimiento en la bola”.
En cuanto al futuro de Rivera Jr., Scialabba no quiso especular mucho sobre la posibilidad de que el lanzador tenga una asignación para la temporada entera del 2016.
“No queremos encasillar a nadie a esta altura, sobre todo Mariano, dada su limitada experiencia como pitcher profesional”, dijo Scialabba. “Pero obviamente existen altas expectativas para él, más allá de lo que él ya espera de sí mismo”.