Nueva York .– Baluarte ofensivo de una oleada de desertores cubanos que causan sensación, José Abreu se consagró de manera unánime como el Novato del Año en la Liga Americana y culminó una campaña en la que se constituyó en uno de los bateadores más peligrosos en las mayores.
En su primera temporada tras irse de Cuba, el primera base de los Medias Blancas de Chicago supo asimilar el rigor de jugar durante seis meses, sosteniendo un impresionante nivel de producción ofensiva.
Hasta este año, Abreu estaba acostumbrado a temporadas de unos 90 juegos. Con un trajín más intenso en las Grandes Ligas, encarnado en un calendario de 162 partidos, el desertor de 27 años respondió liderando las mayores con su porcentaje de .581 en slugging.
Abreu fue el primer novato en liderar las mayores en slugging desde Mark McGwire (Atléticos) en 1987, según STATS.
También figuró cuarto con sus 36 jonrones, quinto en impulsadas con 107 y sexto en promedio de bateo con .317.
Maravillado con la disponibilidad y calidad de los recursos en la pelota profesional, Abreu atribuyó su éxito a su disciplina para entrenarse y seguir instrucciones.
“Todo fue nuevo para mí en general, todo difícil al principio”, afirmó. “Encontré a las personas adecuadas. Hay que dar las gracias a las personas que me ayudaron para enfrentar este béisbol, uno nuevo. El éxito fue dejarse ayudar cada día”.
Abreu arrasó con los 30 votos a primer lugar para el ideal de 150 puntos en la elección de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica, cuyos resultados se anunciaron el lunes.
El abridor derecho de los Angelinos Matt Shoemaker quedó segundo con 40 puntos, mientras que el relevista dominicano Dellin Betances de los Yanquis recibió 27.
Los tres más votados en la Liga Americana tuvieron como denominador común el tener 26 años de edad o más. En este caso, el ganador fue un desertor cubano y dos lanzadores que apenas esta campaña lograron abrirse paso.
El abridor de los Mets Jacob DeGrom se adjudicó el galardón de la Nacional al obtener 142 puntos con 26 de los 36 votos al primer puesto, seguido por el jardinero Billy Hamilton (Rojos) con 92 y el segunda base Kolten Wong (Cardenales) con 14.
Después de batear para .383 con tres jonrones y nueve remolcadas con la selección de Cuba en el Clásico Mundial de Béisbol de 2013, Abreu se fue de la isla y firmó un contrato con los Medias Blancas por 68 millones de dólares y seis años.
Arrancó la temporada a todo vapor, convirtiéndose en el bateador que más rápido alcanzó los 25 jonrones, en apenas 67 juegos. Su 10 cuadrangulares y 31 impulsadas en abril constituyeron un récord para un novato.
“El proceso de cambiar del béisbol cubano a las Grandes Ligas ha sido difícil, pero al final se trata de un sueño hecho realidad”, indicó Abreu, el cuarto cubano en ganar el premio. “No tengo palabras para describir este momento”.
Durante la temporada, Abreu arrojó su mejor producción de jonrones en los primeros tres meses, de 69 juegos, al pegar 25. Luego disparó 11 en 76 partidos entre julio y septiembre. A contravía su promedio de bateo fue mejor en la segunda parte con .352, respecto del .279 registrado en la primera.
“Se nos hizo así de manera espontánea, es por lo difícil que es este béisbol”, dijo Abreu.
Se trata del segundo año seguido que un cubano gana el premio al mejor novato y el cuarto en la historia. El as de los Marlins José Fernández fue consagrado en 2013, mientras que previamente fue galardonados Tony Oliva (Mellizos) en 1968 y José Canseco (Atléticos) en 1986.
Abreu confía que su premio servirá de inspiración para que futuras generaciones sepan que jugar en Grandes Ligas no es un sueño imposible.
“Todo el que se siente cubano debe sentirse orgulloso”, afirmó. “Esto sirve para que los jóvenes se motiven y se entrenen para llegar lo antes posible”.
También es el sexto pelotero de los Medias Blancas en ganar el laurel, siguiendo al venezolano Luis Aparicio (1956), Gary Peters (1963), Tommie Agee (1966), Ron Kittle (1983) y al venezolano Ozzie Guillén (1985).
DeGrom debutó contra los Yanquis el 15 de mayo, un mes antes de cumplir 26 años.
Luego de irse sin victorias en sus primeras siete aperturas con 4.39 de efectividad, deGrom procedió a ganar nueve de sus últimas 11 decisiones con un promedio de carreras limpias de 1.99. Redondeó su foja en la campaña en 9-6 y alcanzó 2.69 de efectividad.
El 2 de agosto, el derecho llevó un juego sin hits hasta el séptimo inning, el cual fue roto por Pablo Sandoval de los Gigantes al batear un doble con dos outs. Además, el 15 de septiembre, ponchó a los ocho primeros bateadores, igualando el récord para el inicio de un juego.
DeGrom es el quinto jugador de los Mets en ganar el premio, uniéndose a Tom Seaver (1967), Jon Matlack (1972), Darryl Strawberry (1983) y Dwight Gooden (1984).