Una niña de 2 años se convirtió en la víctima más reciente de ahogamiento en una piscina en el Valle del Sol.
Los hechos ocurrieron en un domicilio de Glendale el pasado viernes, según el reporte del Departamento de Bomberos, la menor fue rescatada flotando boca abajo en la alberca de la casa.
Al ser sacada del agua, los paramédicos intentaron reanimarla con técnicas de resucitación cardiopulmonar pero ya era demasiado tarde.
La menor había estado sumergida en el agua por aproximadamente 5 minutos lo que desencadenó en la tragedia.
Las autoridades indicaron que la alberca no estaba protegida con una cerca.
Según estadísticas, está es la séptima víctima mortal de ahogamiento infantil en lo que va de este año.
Las autoridades exhortaron a los residentes a extremar precauciones durante la temporada de las albercas, especialmente a no descuidar “ni por un segundo” a los niños cuando anden cerca del agua.
Tómelo en cuenta…
Un niño que cae al agua y no sabe nadar, respirará debajo del agua provocando que se produzca el ahogamiento, es decir una asfixia por la penetración del líquido en las vías respiratorias.
Debemos mantener la calma. Sé que es fácil decirlo, pero que en ese momento no podemos controlar los nervios. Es importante no entrar en pánico para hacer lo correcto sin demoras.
- Lo primero que tenemos que hacer, lógicamente, es rescatar al niño del agua inmediatamente. Depende del tiempo que haya estado debajo del agua será la gravedad de su estado. Puede costarle respirar, tener tos o vómitos, puede tener la piel azulada especialmente alrededor de la boca, estar agitado o muy adormilado.
- Si está consciente y respira, debemos tumbarlo de lado en el suelo. De esta forma, saldrá el agua que ha tragado al toser o vomitar impidiendo que las vías respiratorias puedan volver a obstruirse.
- Si el niño no respira, hay que comenzar la reanimación cardiopulmonar básica (RCP).
- Llamar al 911. Si no hay otra persona que pueda hacerlo, no interrumpas las maniobras de reanimación por más de un minuto.