Tras recibir exitosamente un trasplante de riñón, Diego Reyes Terán, de 12, abandonó el lunes el Phoenix Children’s Hospital para reincorporarse a sus actividades cotidianas en el hogar y la escuela, y poder disfrutar su regalo de vida.
El joven fue diagnosticado con un problema de los riñones el año pasado. El descubrimiento se realizó cuando acudió a realizarse un examen físico para asistir a un campamento de verano.
Al practicarle un ultrasonido se detectó que tenía unas piedras en los riñones. Los médicos le dijeron a sus padres que debido a que el órgano estaba afectado seriamente la única solución era un trasplante de riñón.
Pese a la adversidad, el padre de Diego decidió llevar a su hijo al campamento de verano y disfrutaron de la experiencia como una oportunidad única que tal vez nunca podría repetirse.
El adolescente abandonó la escuela apenas a los tres días de haber empezado el ciclo en el sexto grado. Diego fue hospitalizado y durante varios meses se sometió a tratamiento de diálisis para mantenerse bien mientras aparecía un “ángel de esperanza” que le donara el riñón.
Sus padres Lupita y Reyes se dieron a la tarea de buscar un donante entre sus familiares y conocidos. La esperanza y la fe se convirtieron en los mejores aliados de la familia de Diego hasta el momento en que apareció la respuesta a sus plegarias.
El donante apareció a través del Centro Nacional de Trasplantes, y gracias al apoyo de Done Vida Arizona. De acuerdo con Denise Cavero, portavoz de Done Vida Arizona, el riñón es uno de los órganos más solicitados para trasplantes.
De un total de 750 pacientes latinos en espera de un trasplante de órganos y tejidos humanos en Arizona, se estima que 650 están en lista de espera para recibir un riñón, mencionó Cavero.
La lista de pacientes esperando por el “regalo de vida” en esta entidad asciende a 2 mil 342 personas. Lupita y Reyes dicen sentirse agradecidos con el donador y con Dios porque fueron afortunados de encontrar en corto tiempo el órgano que le daría vida a su pequeño.
Cavero dice que la espera para encontrar un donante que sea compatible es muy incierta, pero en particular con los niños es un poco más acelerado el proceso.
“Estamos muy agradecidos de tener a nuestro hijo de vuelta en casa”, expresó Lupita a la salida del nosocomio.
El padre de Diego dijo que tan pronto y se recupere de la cirugía llevará a su hijo a un restaurante de pizza. “Dice que quiere ir a comer a Peter Piper Pizza y quiere jugar futbol”, comentó Reyes con la alegría en su rostro.
Diego tiene un hermano de diez años que dice extrañar. El tiempo que paso en el hospital dice que recibió un trato que lo hizo sentir como en su casa, pero que extraña estar de nuevo en su hogar.
“Me siento emocionado que volveré a casa”, expreso contento.