El asesinato a tiros de Rumain Brisbon, de 34 años, por parte de un oficial de la Policía de Phoenix se suma a la larga lista de casos de abuso de autoridad que ha venido generando dicha agencia en los últimos meses, señalaron activistas comunitarios que reaccionaron al lamentable suceso registrado esta semana.
“Este es otro caso de los cientos de casos que sabemos de abuso de autoridad”, señaló la activista Lydia Guzmán, directora de la organización Respect/Respeto.
“Los diferentes departamentos de policías no están haciendo un buen trabajo al reclutar los nuevos policías que hay ahorita; ya no están en plan de proteger y servir a la comunidad como antes los conocíamos, ahora están en abusar y mentir como los conocemos y eso debe de cambiar ya”, comentó indignada.
Según el sargento Trent Crump, el policía respondió el martes a información de que alguien estaba vendiendo drogas desde un Cadillac. Al localizar el vehículo, el policía ordenó a Brisbon, la única persona que estaba en el carro, que le mostrara las manos.
Las autoridades dicen que Brisbon corrió a un edificio de apartamentos y tuvo una pelea con el agente. Brisbon se metió la mano en el bolsillo y el agente se la agarró y pensó que sentía la culata de un arma por encima de los pantalones del sospechoso.
La policía dice que el agente le dijo varias veces a Brisbon que no sacara las manos del bolsillo, y entonces le disparó con su arma de cargo dos veces.
Brisbon, un ex convicto, fue baleado en el torso y fue pronunciado muerto en el lugar. Los investigadores encontraron una pistola semiautomática y un frasco con marihuana en el vehículo del individuo.
La Policía de Phoenix dice que el agente temió que el sospechoso estuviera armado durante un enfrentamiento, pero algunos críticos dicen que el agente fue demasiado lejos.
“Las cámaras (de video) son buena idea, pero nomás captan los abusos, lo que nos hace falta es prevención, no reacción”, señaló Guzmán.
Por su parte la directora de la organización Promesa Arizona, Petra Falcón, señaló que tal vez esta tragedia pudo haberse evitado si el oficial hubiera actuado diferente.
“Estos casos no deberían terminar en muerte”, dijo. Los policías tienen otros recursos para someter a alguien en diferentes circunstancias, incluso tienen las (pistolas) táser”, dijo.
Tras el incidente, unas 150 personas marcharon por el centro de Phoenix hasta el departamento de policía para reclamar medidas contra lo que llamaron una epidemia nacional de brutalidad policial.