Tucson, Arizona.- Cinco años después de que Gabby Giffords fuera herida gravemente de un disparo en la cabeza, la ex legisladora estadounidense ha realizado excursiones a pie por el Gran Cañón, practicado paracaidismo, corrido una carrera de 60 kilómetros en bicicleta y fundado un grupo activista que ayudó a convencer al presidente Barack Obama que tomara medidas ejecutivas para el control de armas.
Todo eso mientras se recuperaba de una herida de bala que la tuvo al borde de la muerte, aprendía nuevamente a hablar y rehabilitaba sus músculos.
El viernes se cumplió el aniversario del tiroteo en un acto político en 2011 en Tucson que dejó seis muertos y 13 heridos, incluida la ex representante demócrata por Arizona, blanco del ataque.
Giffords sufrió una herida en la cabeza. Padece un trastorno del habla llamado afasia que solo le permite pronunciar palabras sueltas o frases breves. La mitad derecha de su cuerpo está paralizada en gran medida.
El autor de los disparos, Jared Loughner, se declaró culpable de 19 cargos federales y purga prisión perpetua sin posibilidad de obtener la libertad condicional.
“Ha sido una travesía larga y ardua, pero estoy mejor”, dijo Giffords en un correo electrónico esta semana. “Todos los días me despierto agradecida porque tengo una segunda oportunidad de vivir y una segunda oportunidad para servir”.
Giffords y su esposo Mark Kelly, un astronauta retirado, fundaron el comité de acción política Americans for Responsible Solutions (Estadounidenses a favor de soluciones responsables), que promueve una regulación más estricta de la posesión de armas.
La pareja había promovido un proyecto en 2013 que hubiera requerido averiguación de antecedentes en todas las ventas de armas, pero el proyecto fracasó y entonces decidieron que la mejor alternativa era una medida presidencial.
Kelly dijo que exhortó a Obama para que tomara la medida y el personal de su organización colaboró con la Casa Blanca para elaborar los planes.
La medida presidencial apunta a eliminar la disposición que exime las ventas de armas de la averiguación de antecedentes si el vendedor no está registrado como tal con el gobierno federal. Sostiene que los vendedores aunque sea de pocas armas en exposiciones, mercados de pulgas o el internet deben ser considerados comerciantes de armas y por tanto obligados a averiguar los antecedentes de sus compradores.