Phoenix, Arizona.- El autoproclamado jefe de policía local “más duro de Estados Unidos” regresó hoy, jueves, a los tribunales después de que, fuera de su costumbre, diera respuestas sumisas sobre si desafió las órdenes de un juez para suspender las redadas de inmigración que lo caracterizan.
En la audiencia del miércoles, Joe Arpaio, jefe de policía del condado Maricopa, en Arizona, aceptó la responsabilidad por desobedecer la orden emitida en 2011, pero reiteró que delegó la aplicación del mandato a sus abogados y personal.
Cuando se le preguntó si recordaba haber recibido la opinión de un abogado sobre transmitir el contenido clave de la orden, dijo “no que yo recuerde”.
El jefe policial podría ser multado si es declarado culpable de desacato por violar órdenes de un juez que determino que los agentes de Arpaio etiquetaban racialmente a los latinos. Los agentes de su oficina, a quienes nunca se informó sobre el mandato, violaron la orden durante aproximadamente 18 meses.
El jefe policial también asumió la responsabilidad de que su agencia no entregó videos de detenciones viales en el caso de caracterización racial y de entorpecer la recopilación de esas grabaciones a través de los agentes después de que salieran a la luz algunos videos.
Arpaio hizo esas admisiones en un intento sin éxito de que se cancelara la audiencia. La audiencia por desacato es el intento más audaz hasta la fecha para que el jefe de policía responda por sus acciones.
Su testimonio llega cinco años después de la promulgación de una dura ley migratoria en Arizona llamada SB 1070. Los manifestantes planean marchar el jueves más tarde desde la sede del Congreso estatal hasta la cárcel de Arpaio para conmemorar el aniversario y llamar la atención sobre las políticas migratorias.
Los legisladores aprobaron la ley ante la creciente frustración por la inmigración no autorizada. Arpaio se volvió una figura prominente en el debate nacional mientras su agencia adoptó una postura agresiva en el arresto y detención de inmigrantes sin permiso de residencia.
En la audiencia del miércoles, el jefe policial no alzó la voz como ocurre con frecuencia ante las cámaras de televisión. Estaba afónico, parecía cansado y respondió a muchas preguntas diciendo que no recordaba. Su abogado no ha tenido todavía oportunidad de interrogarlo en la corte.
En la audiencia del martes, el sargento Brett Palmer describió un tenso encuentro con Arpaio aproximadamente un mes después de que se emitiera la orden de 2011 en la que las autoridades federales de inmigración rechazaron aceptar inmigrantes que no habían violado la ley estatal. Palmer dijo que planeaba llevar a los inmigrantes a otra agencia federal de inmigración, pero se le ordenó que primero llamara por teléfono a Arpaio, quien le ordenó no liberarlos. Palmer indicó que el alguacil posteriormente se retractó.
“Ésa es su versión”, declaró Arpaio agregando: “Yo no doy órdenes a sargentos”.