México.- No es Marco Polo, tampoco Julio Verne, pero su pasión también es viajar. Se trata de Nacho Dean, español de 34 años que el 21 de marzo de 2013 emprendió su viaje por el planeta, salió de Madrid para recorrer al mundo a pie. Hoy está en México, su país número 29.
Luego de nueve meses de preparativos, que incluye tema de visados, vacunas, búsqueda de patrocinios; además del aspecto físico, mental, sin escapar de las despedidas con seres queridos, Nacho Dean emprendió su viaje en solitario. Su único acompañante, Jimmy, una carriola moderna que aligera su andar, en donde deposita sus pocas pertenencias.
Luego de andar 28 meses, 28 mil kilómetros, cuatro continentes, cambiar nueve veces de zapatos, y nueve veces las ruedas de Jimmy, Nacho llegó a la ciudad de México el 5 de agosto.
Nacho viaja ligero y sin apegos, con un mensaje claro, el cuidado de la naturaleza, como “un canto a la vida y a la libertad”, el viajero solitario, quien cumplió 35 años el 20 de agosto, asegura que no hay medio de trasporte más ecológico ni respetuoso con el medio ambiente que caminar.
“Para mi es un milagro estar vivo y era algo que quería hacer en la vida, es decir, no esperar a ser anciano para mirar atrás y decir, oye me dejé estas cosas por hacer, y parte de un sueño personal, la de dar la vuelta a mundo a pie, y la necesidad de mejorar un poquito el mundo en el que vivo, entonces este reto deportivo, lo hago por el medio ambiente y la naturaleza”.
Es la casa en la que vivimos y creo que merece la pena cuidarla, el día que nos falte el agua o la comida, nos daremos cuenta que el dinero no se come, dijo con una franca sonrisa en la entrevista que se realizó en el Monumento a los Niños Héroes en Chapultepec.
Para Nacho, nacido en Málaga, España, esta marcha es una de las mejores decisiones que ha tomado en su vida, “yo siempre he vivido o he luchado por mis sueños, pero es el primero que hago público, que hago oficial, siempre me he caracterizado por vivir intensamente la vida, luchar por lo que siento y por lo que sueño”.
Este viaje, añadió el “poeta vagabundo” como el mismo se identifica, “tengo la sensación de que era algo que me estaba esperando toda vida y que yo no lo sabía, lo difícil para mi fue dar el primer paso, cruzar el umbral de la puerta y tomar la decisión”.
Una vida intensa
A Nacho le gusta vivir intensamente y asegura que esta caminata por el planeta no es una huida, “no tengo nada de lo que huir, de hecho los viajes muchas veces te vas, pero si es una huida algún día vas a volver y vas a tener que afrontar aquello que dejaste, no, mi viaje nace del vitalismo más puro, es decir, canto a la vida y a la libertad”.
Nacho Dean ha recorrido cuatro veces el legendario Camino de Santiago, en España, en uno de esos caminos, fue donde se inspiro a realizar esta travesía, en donde ha vivido experiencias que se antojan a ficción con sabor a efectos especiales, y Nacho, sigue vivo para contarlo.
Es un viaje muy intenso, tiene las dos caras, una muy bella y otra muy dura y muy difícil, porque la aventura está muy bien, es muy divertido siempre, la montaña, el desierto, pero hay una línea que cuando la cruzas y pones tu vida en juego sientes que puedes morir, eso ya no hace tanta gracia.
Por ejemplo, estuvo en medio de un atentado terrorista en Bangladesh, “con artefactos explosivos, de la que sales corriendo, es una reacción instintiva”; logró escapar de un enfrentamiento con miembros de la Mara Salvatrucha en El Salvador; sufrió un atraco en Lima, Perú; y lo mordió un perro en la frontera El Salvador-Honduras.
Entre las experiencias impactantes pero que recuerda con una sonrisa, fue estar frente a un rinoceronte en Nepal, pero lo mejor, asegura, el encuentro con las personas, “es una pasada comprobar que en todo el mundo, la inmensa mayoría de la gente es buena o por lo menos no es mala, no te va a molestar, como te abren las puertas de sus casas, si es un país budista, musulmán, de donde sea”.
Y México no ha sido la excepción, en su entrada por Chiapas, adquirió la fiebre de chikunguña, enfermedad producida por el virus de tipo alfavirus del mismo nombre, que se transmite a las personas mediante la picadura de los mosquitos portadores, “me tuvo seis días convaleciente, la única mala experiencia de mi viaje y la única mala que he vivido en México”.
Para el publicista de carrera, todo mundo debería hacer este viaje, pero reconoce que no es fácil, “hay que estar muy motivado, tienes que tenerlo muy claro porque se pasan muchas penurias, tienes que romper el marco de confort, saber pasar frío, hambre, la soledad, 50 grados de calor en un desierto, caminar 50 kilómetros. dormir regular, a veces tienes con lobos aullando alrededor de tu tienda de campaña o en bosques con osos”.
Yo saco mucha fuerza de los héroes anónimos, todos los héroes que hay en el mundo, que no se sabe nada de ellos, que no salen en medios de comunicación, que no son famosos, que luchan por superar una enfermedad, un cáncer, un trasplante, gente que sobrevive en guerras, eso si que son aventuras y ejemplos de coraje, de valentía.
A mi eso me da muchísima fuerza y me hace sentir muy afortunado, de estar vivo y de hacer lo que quiero y saco fuerza de que estoy vivo, porque me late el corazón, sencillamente eso, saber que estás vivo, da mucha fuerza”, arremete.
Habla español, inglés y un poco de francés, además, ha desarrollado una gran capacidad de mímica, “aprendo unas palabras por cada idioma por el que paso, como amigo, agua, gracias, porque si estás en Irán, tienes que comer, pero no son conversaciones muy trascendentales ni filosóficas, tampoco hace falta y lo justo para sobrevivir, comer, hambre, ducha, dormir, tienda de campaña y así”.
Con una fuerte y amable personalidad aunado a una gran humildad, destaca algunas lecciones que ha tomado en este camino en donde todos los días son diferentes, “un día con un embajador y otro con un vagabundo, un día en un hotel de cinco estrellas y otro días debajo de un puente”.
El ser humano es experto en ponerse límites y excusas, no hago esto por dinero, el dinero ayuda pero no es fundamental, lo fundamental es el querer. Yo salí con muy poco dinero, pero yo iba por esto si o si, y conforme vas avanzando, se va consolidando, yo nunca fui capaz de imaginarme que estaría aquí hoy y “me van a faltar vidas, estoy triste con eso, que faena que la vida es tan corta”.
En su recorrido lleva una media de 45 kilómetros al día, “a veces camino menos, otras más, he llegado a caminar 85 en un solo día que son, dos maratones, empujando un carro de 50 kilos”.
Nacho, inició este viaje con el dinero justo para recorrer Europa, pero ya recorrió el mundo, gracias a que comparte su travesía en las redes sociales, en donde ha conocido a gente de todo el mundo que le ha dado su apoyo, fue el caso de México, en donde fue contactado por Francisco a través de Facebook, un señor que ama viajar y le da alojamiento en su casa, en el barrio de Observatorio en la capital mexicana.
Después de su estancia en la capital mexicana, en la que se dice fascinado, tomará camino a Cancún, luego volará a Estados Unidos, saldrá de Nueva York, donde tomará el vuelo a Portugal, de ahí seguirá a pie rumbo al punto de inicio, Madrid. Aunque está abierto a cualquier cambio, prevé pasar Navidad con su familia y después, escribir un libro sobre su aventura.