México, DF.- Bastaron cinco minutos para neutralizar la “contundencia” con que, aparentemente, discurría la marcha de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
El líder más visible de la CNTE, el oaxaqueño Rubén Núñez, advertía camino a la Secretaría de Gobernación que la movilización que a esa hora mantenían forzaría, primero, un diálogo con el subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, y segundo, a la cancelación de la “punitiva” evaluación magisterial.
Sin mayores contratiempos, los maestros marcharon unas dos horas y media, desde la Cámara de Diputados, para concentrarse a medio kilómetro de la Secretaría de Gobernación, donde, por enésima vez, se reunirían con Miranda.
A contrapelo de los planes originales, Rubén Núñez y dos o tres dirigentes más se apartaron de las bases para dirigirse a la sede del extinto Sindicato de Trabajadores Electricistas (SME) y, aparentemente, preparar una estrategia para el diálogo en Bucareli.
Pero poco les sirvió. Luis Enrique Miranda apenas conversó unos cinco minutos con Núñez y una treintena más de maestros para advertirles que habría diálogo, siempre y cuando regresaran a las aulas los contingentes que desde primera hora llegaron de Oaxaca.
Luego de la advertencia, los maestros informaron que tendrían que deliberar sobre la misma para determinar qué acciones tomar y se retiraron del lugar.
Contra lo que se había anunciado la víspera desde Oaxaca, la CNTE no mostró el músculo que podrían formar los 50 mil maestros que vendrían a reforzar el plantón que sus compañeros mantienen en el Monumento a la Revolución.
Y es que no más de mil quinientos mentores dieron cuerpo a la movilización preparada para responder al Gobierno, que, para sorpresa de todos, decidió reactivar la evaluación magisterial.
El contingente que, paralelamente, había partido desde la Estela de Luz, sumaba acaso otro tanto.
La marcha discurrió sin sobresaltos. De hecho, para impedir que algún grupo intentara colarse al Zócalo desde la Avenida Chapultepec, cientos de policías capitalinos se plantaron, con un par de autobuses a sus espaldas, en las calles por las que la CNTE pudiera enfilar a la plaza pública.
Las protestas contra la reactivación de la prueba docente se replicaron en Oaxaca, Chiapas y Michoacán.
La sección 22 de la CNTE marchó del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca al Zócalo de esa ciudad. Los disidentes marcharon también en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde cumplieron diez días en paro de labores.
En Morelia, maestros de la sección 18 quemaron frente al Congreso de Michoacán supuestos paquetes de la prueba Planea (que sustituye a Enlace).
“Con esta acción estamos manifestando nuestro rechazo a las evaluaciones ilegales”, advirtió Salvador Campos, secretario de Organización de la sección.
Con información de Virgilio Sánchez, Adán García y Édgar Hernández