México.- Como cada primer domingo de abril, México se despertó hoy con el Horario de Verano sin que faltaran, como siempre, las confusiones y el clásico dilema de adaptarse a percibir el tiempo con la luz del sol de una manera diferente.
Y es que a pesar de los ahorros por mil 46.47 gigawatts hora, equivalentes a mil 470 millones de pesos, que reporta la Secretaría de Energía (Sener), muchas de las familias que desde hace 20 años se someten a este cambio siguen sin entender dónde está el ahorro.
“Lo mismo da para mí, lo que no gasto de luz en la noche lo gasto en la mañana cuando me levanto, porque sigue oscuro”, argumenta la señora Angélica al salir de misa de 7:00, a la cual llegó este domingo sin que hubiera salido el primer rayo de sol todavía.
En efecto, con el cambio de horario quienes acostumbraban a ver ya la luz del día a esta hora, tienen que adaptarse a que ahora sigue oscuro, pues a partir de este domingo a esta hora apenas se oye el canto de los pájaros que despiertan antes de la salida del primer rayo del sol.
“El problema es que para mí se hace tarde más temprano, por lo menos la primera semana”, agrega Joaquín, joven estudiante de preparatoria, quien explica que acostumbra a quedarse en la tarde a sus actividades deportivas y culturales en la Preparatoria número 5 José Vasconcelos.
“Estoy acostumbrado a quedarme hasta que comienza a ocultarse el sol, pero a partir de ahora resulta que darán las 7:00 de la noche y todavía habrá luz, y a veces yo me quedo con la idea de que todavía es temprano. Pero por suerte sólo me pasa los primeros días”, explica.
En efecto, los jóvenes quienes ya nacieron y han vivido esta medida desde hace 20 años no muestran mayor problema para asimilar este cambio de horario, pues ya forma parte de su cultura, pero la gente grande es la que continúa preguntándose por qué tiene que hacerse.
“Pues dicen que permite ahorrar dinero, pero yo no veo la diferencia. Igual yo me paro a las 7:00 y me acuesto a las 10:00, y trabajo de las 10 de la mañana a las seis de la tarde”, explica Román, quien desde hace 30 años tiene una tapicería en la que asegura utilizar la misma cantidad de luz.
Finalmente no faltan los que olvidaron cambiar la hora de su reloj y no se percatan del cambio del horario hasta que checan sus celulares, los cuales cambian automáticamente.
Tal es el caso de la familia Centeno, que en un restaurante de Paseo Acoxpa se reúne cada domingo a almorzar, sólo con la diferencia de que alguno de sus miembros llegan una hora después de lo acordado, situación que sirve para burlarse y pasar un rato agradable.
“Por suerte el cambio se hace de sábado a domingo, si no imagínate cuñado”, comenta Andrés al esposo de su hermana, quien ha llegado mostrando todavía las marcas de la almohada en su rostro y el pelo alborotado.
Lo cierto es que a partir de este domingo y hasta el último domingo de octubre los mexicanos, una vez más, vivirán con una hora adelantada, luego de lo cual vendrá el proceso de volverse a adaptar al horario de invierno, lo cual resulta ser otra historia.