México, DF.- Un niño que ve telenovelas está expuesto a una realidad distorsionada que incluye estereotipos, falsas expectativas e incluso estímulos eróticos que es incapaz de asimilar, advierten psicólogas.
De acuerdo con estudios sobre oferta y consumo de programación para público infantil del Instituto Federal de Telecomunicaciones, en 2014, los niños de 4 a 12 años pasaron frente a la televisión un promedio de 4 horas y media al día.
Además, entre los programas preferidos por los niños se encuentran las telenovelas, los reality shows y las dramatizaciones basadas en supuestas historias reales.
Martha Páramo, psicóloga y terapeuta familiar, advierte que un niño que pasa más de 4 horas frente a la televisión no está realizando actividades fundamentales para su desarrollo.
“Significa que están dejando de hacer muchas otras actividades que cualquier niño con una salud y educación integral tendría que hacer, tal vez se están saltando la parte deportiva, artística, cultural, cognitiva, de juego; y la están cambiando por una actividad absolutamente pasiva”, señala.
En cuanto al tipo de programas preferidos por los niños, Claudia Sotelo, directora del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia (CEEPI), señala que cuando los pequeños pasan mucho tiempo viendo programas como telenovelas empiezan a desconectarse de su entorno real.
“Lo que pasa con las telenovelas es que muestran una realidad distorsionada pero los niños no lo perciben así y esto puede implicar que desde muy pequeños, las niñas por ejemplo, empiecen a tener aspiraciones como casarse con un hombre rico para salir de pobres de una manera mágica, literalmente”, explica la psicóloga.
Un niño que ve telenovelas, agrega, también está expuesto a estímulos eróticos que no alcanza a entender y que distorsionan el entendimiento de la sexualidad.
“Se expone a los niños a estímulos que todavía no les tocan, que no comprenden pero que sí están registrando.
“Además las mujeres y hombres de las telenovelas generalmente son muy guapos, con cuerpos muy trabajados físicamente; son ideales que si los chicos cuando lleguen a adolescentes no pueden alcanzar, les puede provocar frustración, depresión y baja autoestima”, advierte.
Páramo agrega que las telenovelas también presentan estereotipos de género muy rígidos y limitados.
“En vez de generar pensamientos propios y cuestionarse si, por ejemplo, el machismo está bien o mal, los niños simplemente adoptan el estereotipo y eso hace que la riqueza cognitiva y la riqueza emocional quede bloqueada; el problema es que eso provoca cualquier cantidad de prejuicios porque no hay cuestionamientos, hay estereotipos”, señala.