México.- Los dolores de cabeza suelen ser muy comunes entre los adolescentes, y en la mayoría de los casos no son síntomas de un problema médico mayor, pero cuando el malestar es persistente, es mejor evaluar la situación con un experto.
La clínica Mayo explica en un comunicado que existen dos tipos de dolor de cabeza comunes, los que son por tensión se describen como la sensación de tener una cinta apretada en la cabeza, mientras que las migrañas suelen ocasionar pulsaciones y pueden presentarse acompañadas por náuseas, vómito e hipersensibilidad.
El dolor de cabeza tiene una amplia variedad de desencadenantes, tales como estrés, ansiedad, depresión, tensión muscular, falta de ejercicio, cambios hormonales, modificación de los hábitos para dormir e incluso factores ambientales.
Por ello, la clínica sugiere que para obtener un cuadro más específico de las causas, es necesario llevar un registro que incluya cuándo empieza el dolor, qué tan fuerte es, las actividades realizadas, así como hábitos de sueño y alimentación.
Ello, con el fin de observar patrones que permitan identificar y evitar los desencadenantes del malestar, así como controlar la respuesta al tratamiento.
La psiquiatra infantil y del adolescente, Jennifer Fisher, comenta que si los dolores de cabeza continúan o se tornan más fuertes, se debe hacer una cita con el médico y realizar un examen físico y neurológico, para tener una evaluación minuciosa de las posibles causas.
El tratamiento para dicho padecimiento se basa en cuánto interfiere con la vida de las personas; por lo que, quienes lo sufren deben cambiar su estilo de vida, mejorar el tiempo de sueño, reducir el estrés, tener una dieta sana y hacer ejercicio.
Los fármacos de venta libre pueden ser útiles para el dolor, sin embargo, Jennifer Fisher menciona que un simple cambio en el estilo de vida, en lugar de tomar medicamentos, puede prevenir los dolores de cabeza de rebote.
Si el malestar continúa después de ver al médico y realizar cambios en el estilo de vida, menciona que es necesario asistir con un neurólogo o un psicólogo especializado en el manejo del dolor crónico y la prevención de dolores de cabeza.