Washington.- Los republicanos más prominentes dicen que hay dos cosas claras: paralizar al gobierno el año pasado perjudicó al partido, y que esta vez no deben permitir que la determinación del presidente Barack Obama para actuar en el tema migratorio los haga caer en la misma trampa.
Pero hay otros legisladores de la bancada no ven la situación de la misma manera. Creen que otra paralización es posible si Obama mantiene su promesa de apelar a una acción ejecutiva para detener la amenaza de deportación de un enorme número de inmigrantes que viven en el país sin autorización.
El desacuerdo podría obligar a los líderes republicanos a controlar una insurrección justo cuando esperaban capitalizar lo que consideran un error presidencial.
El representante republicano John Fleming dijo que está cansado de los que critican la paralización del gobierno “en vez de decir que esa puede ser una buena vía para poner en aprietos al presidente”.
Fleming, en términos que repiten varios colegas, dijo que sus colegas “quieren que usemos toda herramienta disponible para detener, o en cierto modo limitar, la amnistía ejecutiva. Consideran que es ilegal, inconstitucional”.
Pero los líderes del partido preferirían dejar de hablar de paralizar el gobierno.
“No paralizaremos el gobierno”, ha dicho reiteradamente Mitch McConnell, que será pronto el líder de la mayoría en el Senado.
Existen evidencias de que a los legisladores republicanos les ha tomado casi un año superar la indignación pública creada por las maniobras republicanas que paralizaron el gobierno en 2013 para hacer fracasar la ley de seguro de salud de Obama. “Desde que cayeron al 28% de aprobación durante el cierre del gobierno”, reportó Gallup hace dos meses, la opinión favorable al Partido Republicano “está nuevamente casi a los niveles anteriores al cierre”. A la vez, una mayoría manifestó una opinión desfavorable al partido, reveló la encuesta.
Muchos legisladores republicanos dicen que quieren aprobar proyectos que impidan específicamente a Obama llevar a cabo su reforma migratoria. Si, como se anticipa, el presidente veta dichos proyectos, numerosos representantes republicanos dicen que paralizar el gobierno debería ser un último recurso para forzar un debate nacional.