Los Ángeles.- La amenaza proferida contra los sistemas educativos de Nueva York y Los Ángeles dejó al descubierto la dificultad de tomar la decisión correcta en esos casos. Ambas ciudades son las que más experiencia tienen en cuanto a cómo lidiar con amenazas de ese tipo. Sin embargo, sus decisiones fueron diametralmente opuestas: Los Ángeles suspendió las clases en todo el distrito, mientras que Nueva York desestimó el mensaje.
La disparidad en esas dos reacciones subraya lo que los expertos ya saben: Decidir cuándo una amenaza es creíble o no es una ecuación matemática y el precio de cerrar o mantener abiertas lasescuelas podría ser alto. Es un aspecto que las autoridades escolares en todo Estados Unidos ponderan sombríamente en medio de la epidemia de ataques a tiros y amenazas en el país.
A lo largo y ancho de la nación, los distritos escolares —ya sea grandes o pequeños— tienen el desafío de descifrar amenazas, que se hace más complicado hoy en día debido a la sofisticada tecnología que hace difícil rastrear ese tipo de mensajes.
Aun cuando se sabe que se trata de una amenaza falsa, las consecuencias podrían ser graves, afectando la seguridad de miles de menores de edad y causando el desembolso de millones de dólares.
Es sumamente inusual que una ciudad grande de Estados Unidos cierre todas sus escuelas debido a una amenaza. El hecho de que Los Ángeles tomó esa decisión refleja el temor imperante tras la matanza de San Bernardino, California, hace dos semanas, cuando 14 personas fueron acribilladas en un centro de atención para discapacitados.
“Aun si no se tratara del grupo Estado Islámico, aun si no se tratara de ninguna organización terrorista, los terroristas igual están vigilándonos”, declaró el representante demócrata por California Adam Schiff el miércoles a la televisora MSNBC.
Añadió que “si estos terroristas se dan cuenta que con un simple mensaje pueden perturbar el funcionamiento de una gran ciudad, se van a aprovechar de ello”.
Un análisis realizado en 2014 por la National School Safety and Security Services, una firma consultora con sede en Cleveland, halló que las amenazas contra escuelas aumentaron un 158% ese año comparado con el año anterior. Alrededor de 37% de las amenazas se enviaron por internet casi una tercera parte obligó a evacuar escuelas. Casi el 10% de las amenazas obligaron a cerrar escuelas por al menos un día.
Ken Trump, presidente de esa firma consultora, expresó que las autoridades, aun cuando saben que la amenaza es falsa, a veces se dejan llevar por la ansiedad colectiva y cierran la escuela, a pesar de que los niños en realidad estarían más a salvo en sus aulas que en una vivienda sin supervisión adulta.