Ciudad del Vaticano.- En medio de una conmovedora ceremonia y una vigilancia extraordinaria, el Papa Francisco sorprendió una vez más al mundo al abrir la mañana del martes la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, con 10 años de anticipo a lo que es la costumbre vaticana.
Ante la presencia de más de 50 mil fieles y peregrinos que llenaron la plaza vaticana, el Papa argentino abrió la pesada puerta de hierro de la basílica más importante del mundo, para dar oficialmente inicio al Año Santo y a un jubileo extraordinario que en esta occasión él mismo quiso dedicar a la misericordia y que finalizará el 20 noviembre del 2016.
Francisco se acercó a la Puerta y dijo: “Esta es la Puerta del Señor… ábranme las puertas de la justicia… por tu gran misericordia entraré a tu casa, Señor”.
Francisco subió en silencio por los escalones, abrió las puertas y se detuvo a rezar silenciosamente en el umbral. Después del Pontífice, entró también por la Puerta Santa el Papa emérito Benedicto XVI que fue encontrado por Francisco con un conmovedor abrazo.
Un año para el perdón
La ceremonia de la apertura de la puerta Santa se realizará de manera local en muchas partes del mundo, es decir, diversas iglesias, catedrales y recintos católicos abrirán una Puerta Santa y contarán con la presencia de autoridades eclesiásticas y sacerdotes que el mismo Vaticano preparó para dar el perdón a pecados que normalmente sólo el Santo padre u obispos autorizados podían perdonar.
Este Año Santo extraordinario es definido por el Papa como un “don de gracia”. “Entrar por esa Puerta significa descubrir la profundidad de la misericordia del Padre, que acoge a todos y sale al encuentro de cada uno personalmente.
Será un año para crecer en la convicción de la misericordia”, dijo Francisco durante la homilía que fue dedicada también a la celebración de la Inmaculada Concepción, que se celebra el martes en Italia con un día festivo en el que no se trabaja.
El pontífice ya habia anticipado el Año del Jubileo de la Misericordia el domingo pasado en Bangui, República Centroafricana, durante su primera visita papal a ese continente.
“Abandonemos toda forma de temor y de miedo”, fue el llamado del Papa, “…porque no le queda a quien es amado; vivamos, más bien, la alegría del encuentro con la gracia que lo transforma todo”.
El Papa recordó el aniversario del final del Concilio: “Hoy, pasando la Puerta Santa, queremos también recordar otra puerta que, hace cincuenta años, los Padres del Concilio Vaticano II abrieron de par en par hacia el mundo”.
Este aniversario “no puede ser recordado sólo por la riqueza de los documentos producidos, que hasta nuestros días permiten verificar el gran progreso cumplido en la fe. Pero, en primer lugar, el Concilio fue un encuentro. Un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres de nuestro tiempo”.
¿Qué significa un Año Santo y el jubileo?
La costumbre de celebrar un Año Santo viene de los judíos y en el cristianismo la instituyó el Papa Bonifacio VIII en el siglo XIV. El Año Santo es un período especial de reconciliación con Dios que la Iglesia propone a sus fieles.
Hay dos tipos de Jubileo, el ordinario y el extraordinario.
Desde 1475 el Jubileo ordinario se celebra cada 25 años. El extraordinario es convocado por el Papa en momentos especiales.
Ha habido 24 jubileos ordinarios y cuatro extraordinarios. El de la Misericordia convocado por Francisco será el quinto.
El último Año Santo extraordinario fue convocado por Juan Pablo II en 1983 mientras que el último ordinario fue el del año 2000. El Papa anunció el Jubileo de la Misericordia en marzo, y en abril fue convocado oficialmente con la publicación de la bula.
No es necesario que un Año Santo dure 365 días. El Jubileo de la Misericordia va del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.
Al Jubileo del 2000 asistieron unos 25 millones de peregrinos. Se estima que el número de personas que irán a Roma será aproximadamente el mismo.
Será un año especialmente cargado de actos y celebraciones. El más destacado es el rito de la apertura de la Puerta Santa de San Pedro, a la que siguen las aperturas de las demás puertas santas de la ciudad y del mundo.
El tema central de los eventos será la misericordia, por lo que el sacramento de la confesión será una de las piezas clave.
“El sacramento de la reconciliación tendrá un puesto central todos los días del Jubileo. Algunas iglesias, como las tres que están cerca de San Pedro, estarán preparadas de modo especial para la celebración de este sacramento”, expresó Rino Fisichella, organizador del Jubileo de la Misericordia.
El jubileo será una sucesión de eventos; en mayo habrá una vigilia de oración sobre el perdón y un Jubileo para los presos en noviembre.
Normalmente la Puerta está cubierta por un muro que hay que derrumbar previamente. Al terminar el Año Santo se vuelve a construir.
Atravesar la Puerta Santa es el principal gesto que realizarán los peregrinos con la convicción de hacerse perdonar.
Las personas decididas a hacerlo manifestarán de este modo su decisión de recomenzar una vida de fe. Es una manera de la iglesia de traer nuevamente o por primera vez a aquellos que viven alejados del evangelio.