En la plenitud de su madurez artística, Alejandro Fernández celebró en grande la suma de cien conciertos en el Auditorio Nacional a lo largo de su carrera, con un show espléndido en el que conjuga a la perfección la interpretación de sus éxitos en el pop y ranchero.
Vestido con un moderno traje gris, “El Potrillo” logró desde su salida el grito ensordecedor de sus fans que lo mismo corearon “Cóncavo y Convexo”, un cover perfecto del gran tema de Roberto Carlos, que “Sin Tantita Pena”, uno de sus muchos éxitos.
Vendría entonces una serie de temas con los que le público hizo un coro monumental de diez mil gargantas con “Te lo Dije Cantando”, “Me Dediqué a Perderte”, “Se me va la voz”, “Desahogo”, entre muchas más que, sin duda, lo colocan como uno de los mejores intérpretes mexicanos del pop.
Pero Alejandro lleva a México tatuado en la piel y en el traje de charro, y acompañado mariachi, siempre ha encontrado sus más grandes éxitos como “Sin Tantita Pena”, “Mátalas”, “Si tú te vas”, “Abrázame”, entre otras que terminaron por enloquecer a la audiencia, conformada en su mayoría por mujeres de todas las edades.
El principal agradecimiento de Alejandro es con Dios, con sus padres y con sus hijos que, dijo “son el motor de mi vida”, como mencionó casi al despedirse en la conjunción de la orquesta con el mariachi que lo acompañaron a entonar temas como “Sin Tantita Pena” y “Cono Quien Pierde una Estrella”, el que es considerado el tema más importante de su carrera, porque fue el que lo catapultó.
El romanticismo de Armando Manzanero también fue recordado por “El Potrillo” con temas como “No”. “Don Armando es el mejor compositor de México”, dijo.
Alejandro no podía irse de ese escenario que ha pisado cien veces sin hacer un homenaje a su padre, el gran “Charro de Huentitán”, don Vicente Fernández, quien está rompiendo, ahí mismo, récords de audiencia en su “Gira del Adiós”.
“Hermoso Cariño”, “Mujeres Divinas” y “Estos Celos” fueron los temas con los que cerró esta gran noche de celebración, de sus primeras cien veces en el llamado “Coloso de Reforma”.
Aún no es el tiempo de Camila
Casi una hora después del término de su concierto, Alejandro salió del Auditorio manejando un moderno auto deportivo y sólo acompañado de su novia Carla Laveaga, momento que aprovecho para hablar brevemente con la prensa y asegurar que “aún no es tiempo” para que su hija Camila se lance como cantante.
“Me acompañó a cantar un tema en Las Vegas porque ella me lo pidió y le hice el favor, pero no se está lanzando como cantante. Sí, canta bien, se está preparando, y estamos buscando un estilo para ella, pero no es su momento, aún no”, sentenció Alejandro, aunque se dijo muy orgulloso de que su hija se sume a la Dinastía Fernández.
De lo que sí no quiso hablar fue de una posible boda con su joven novia. “Nos vemos chicos, gracias”.