A poco más de dos décadas de que Doña Silvia Pinal cautivara con “La Jaula de las Locas”, el turno del productor Juan Torres retoma el audaz proyecto para abordar el tema de la discriminación de un modo ligero.
Con un gran elenco, encabezado por Mario Iván Martínez y Roberto Blandón, este musical apuesta al humor negro, lo que tiene a sus protagonistas encantados.
“Es una obra de alta comedia, con un texto perfecto para el lucimiento histriónico. La historia por la que apuesta en esta ocasión el productor, es un texto de Harvey Fierstein, basado en la obra del francés Jean Poiret, estrenada por vez primera en 1973. Y que le ha dado la vuelta al mundo”, comentó Roberto Blandón, quien da vida a George.
Para Mario Iván Martínez, quien tiene una caracterización muy puntual en la puesta, esta obra es un llamado a la tolerancia y una verdadera delicia para el actor “La historia tiene un toque contemporáneo, pero que sin duda, es un tema que se sigue viviendo en muchos rincones del mundo. Para mi interpretar a Albin con todo y su camaleónica transformación significa un reto histriónico que todos los actores pedimos”.
La puesta relata la historia de George y Albin, una pareja de homosexuales que administran un centro nocturno llamado “La jaula de las locas”.
Un día reciben la visita de Michel, hijo de George, quien les comunica que va a contraer matrimonio con Amanda, la hija del diputado Dindon, un hombre ultraconservador y homófobo.
Los equívocos y situaciones comprometidas comienzan cuando se hace necesario organizar una reunión para conocer a los nuevos familiares.
Además de Blandón y Mario Iván, el elenco se ve complementado con las actuaciones de figuras de gran trayectoria en el mundo teatral, como Patricio Castillo y Aída Pierce, y los jóvenes Israel Estrada, Rogelio Suárez, Jimena Parés, Carlos Pulido, Brenda de Arrigunaga, Pablo Rodríguez, Eduardo González, Augusto Fraga, Luigi Vidal, Dulce Patiño, Tanya Valenzuela, Marilú Garcialuna, Patty Ibarra, Mayco García, Claudio González y Gilberto Recoder.
La orquesta en vivo está bajo la dirección del maestro Eduardo Soto; la escenografía es de Oscar Acosta, el vestuario de José Echeverría, maquillaje y peluquería de Bernardo Vázquez, la coreografía de Pepe Posada y la iluminación y dirección de Matías Gorlero.