El control de alcoholemia de Michael Phelps arrojó una tasa de .14, luego que fuera detenido por rebasar el límite de velocidad cuando conducía, de acuerdo con los documentos sobre su detención divulgados hoy.
Phelps duplicó el límite en el estado de Maryland, de .08.
El nadador de 29 años de edad fue procesado el martes por conducir en estado de ebriedad, exceso de velocidad y cruzar líneas dobles en el túnel Fort McHenry en la autopista 95 en Baltimore, según la policía de tránsito de Maryland.
La documentación de la policía sobre causa probable también indica que Phelps tenía los ojos enrojecidos y que susurraba al hablar.
Un agente de la policía realizó las pruebas de sobriedad a Phelps, según la documentación. Cuando a Phelps se le pidió que se parara con un pie, el texto señala que “el agente afirmó ‘que no pudo hacerlo”’.
El policía que se encargó de proceder con la detención escribió en su reporte que el nadador lució “desorientado y se puso a discutir” al quedar bajo custodia.
Lo de Phelps parece estar atado a un patrón preocupante: éxitos sin precedentes en la piscina, seguidos por problemas fuera del agua.
El atleta olímpico más laureado en la historia encara por segunda ocasión cargos por conducir en estado de ebriedad.
Los cargos son un balde de agua fría para el regreso de Phelps a las competencias, que parecía tan prometedor hace poco más de un mes cuando ganó tres medallas de oro y dos de plata en el Campeonato Pan Pacific en Australia.
Se disculpa
“Entiendo la gravedad de mis actos y acepto toda la responsabilidad”, dijo Phelps en un comunicado. “Sé que estas palabras no significan mucho ahora mismo, pero estoy muy apenado con todos a los que he decepcionado”.
La disculpa sonó bastante parecida a las que ofreció después de otro arresto por manejar borracho hace una década, al igual que cuando un tabloide británico publicó en 2009 una foto en la que aparecía utilizando una pipa de marihuana.
Es muy pronto para saber si el ganador de 18 medallas de oro en Juegos Olímpicos encarará alguna sanción de la federación estadounidense de natación, que no lo castigó en 2004, pero lo suspendió por tres meses después del incidente de la foto.
“Las noticias relacionadas con Michael Phelps y sus acciones son decepcionantes y sin duda serias”, indicó el organismo en un comunicado. “Esperamos que nuestros atletas se comporten responsablemente dentro y fuera de la piscina”.
El Comité Olímpico Estadounidense tuvo una reacción similar. Su director ejecutivo Scott Blackmun señaló que el organismo estaba “sorprendido” por el arresto de Phelps y “desilusionado en varios sentidos”.
Si es hallado culpable por el cargo de manejar bajo la influencia, encara una condena máxima de un año en cárcel, una multa de 1,000 dólares y la pérdida de su licencia de conducir por seis meses. Según la ley de Maryland, el caso más reciente no es considerado como reincidencia porque su primer delito por manejar bajo la influencia fue hace más de cinco años.
Phelps podría enfrentar problemas con sus patrocinadores, aunque no hubo indicios inmediatos de que alguna compañía lo vaya a dar de baja, como hizo Kellogg Co. en 2009.
“Es demasiado pronto para saber”, dijo Ron Rockwell, director ejecutivo del nuevo patrocinador de trajes de baño de Phelps, Aqua Sphere. “En general lo estamos respaldando. Tenemos que esperar a ver qué pasa. Este no es un asunto que nos haga descartar nuestra relación, a menos que nos enteremos que sucedió algo más”.
Phelps también tiene contratos con Subway, Under Armour, Omega y Master Spas, entre otras compañías.