Madrid.- Aferrada a su defensa y con otro gol de Alvaro Morata, la Juventus disputará su primera final europea en 12 años tras eliminar al monarca Real Madrid con un empate 1-1 el miércoles en el partido de vuelta por las semifinales de la Liga de Campeones.
En la final del 6 de junio en Berlín le espera el cuatro veces campeón Barcelona, en el que será un cruce inédito por la Copa de Europa.
Morata niveló a los 57 minutos el tanto inicial de Cristiano Ronaldo (23) y rescató una igualada de oro para el equipo juventino, que selló el boleto por global de 3-2 en la semifinal, tras vencer 2-1 en el choque de ida en Turín también con gol del ex delantero madridista.
“Hemos peleado mucho, pero esto no acaba aquí. Queremos hacer historia”, dijo Morata, por el cual el Madrid tiene una opción de recompra y quien no celebró los goles. “Es una sensación rara: siento emoción porque es un gol importante, pero es una situación difícil para mí. Doy gracias a la afición del Madrid”.
El Barsa había confirmado su presencia la jornada anterior pese a perder 3-2 en cancha del Bayern Munich. La victoria por 3-0 de los azulgranas una semana atrás en su propio estadio aseguró que el astro Lionel Messi esté en disposición de conquistar la cuarta Champions de su carrera.
Enfrente en la final en el Estadio Olímpico de Berlín, el cuatro veces Balón de Oro tendrá a una Juventus que regresó a una final continental tras perder la de 2003 ante el Milan dirigido por el hoy timonel del Madrid, Carlo Ancelotti, y de paso borró cualquier posibilidad de que el club merengue conquistara su 11er cetro continental.
Los blancos, que marchan segundos en la liga española por detrás del Barsa con dos fechas pendientes, vieron roto el sueño de convertirse en el primer equipo en hilvanar títulos tras el Milan de 1989 y 1990, mientras que la Juventus, que ya conquistó el actual campeonato italiano, aspira al doblete y su tercera corona europea, en su octava final.
“Es duro. El equipo lucha pero nos despedimos”, declaró el zaguero madridista Sergio Ramos. “Pensábamos que con el primer gol estaba hecho, perdonamos y lo acabamos pagando. Con el gol de ellos el equipo se vino anímicamente abajo. Ellos hicieron méritos y toca felicitarlos”.
Al cuadro blanquinegro le valía el resultado de la ida y pareció acomodarse en el rol de equipo expectante desde el inicio, mientras los jugadores del Madrid contemplaron el color de la grada, vestida de remontada, y se lanzaron al abordaje bajo el timón del recuperado Toni Kroos y la vitalidad de James e Isco Alarcón en los volantes.
A los diez minutos, el equipo local ya había disparado tres veces por encima del arco mediante un cabezazo de Gareth Bale, un zurdazo de Karim Benzema tras hábil sombrero, y un tiro libre de Cristiano.
La ráfaga la interrumpió el chileno Arturo Vidal con un latigazo raso bien resuelto por Iker Casillas, y Bale también se animó con un cañonazo que obligó el vuelo de Gianluigi Buffon.
Rápido en las transiciones y asertivo en los movimientos cercanos al área, el Madrid sacó petróleo de una incursión de James en combinación con Cristiano, y que acabó con el colombiano en el piso, atropellado por un torpe Giorgio Chiellini.
Cristiano no falló desde los 11 metros, como sí hiciera hace cuatro días en la liga española, y los merengues voltearon transitoriamente la eliminatoria con el valor doble de los goles a domicilio, inclinando también la cancha y el partido, poblado de nuevas ocasiones de Benzema y el goleador portugués previo al descanso, que los visitantes alcanzaron a duras penas.
Revitalizados en la caseta, los juventinos salieron con otros bríos en la reanudación, que arrancó con una potente volea de Claudio Marchisio a la que respondió Marcelo, también desviado.
Pero otra infracción innecesaria, en este caso de Ramos a Vidal, resultó en gol, ahora para la Juventus y por vía de Morata, quien se anticipó a la defensa y fusiló a Casillas tras un rechace del arquero y cabezazo bombeado de Paul Pogba.
El empate penalizaba al Madrid, que pudo desnivelar en un remate de Bale tras tacón de James y centro de Marcelo, pero acabó recurriendo al mexicano Javier “Chicharito” Hernández, ingresado de suplente con consigna heroica.
El argentino Carlos Tevez apenas intervenía el bando turinés, pero una rápida transición entre Vidal y Marchisio bastó para exigir la atajada de la noche de Casillas, mientras Bale siguió recopilando intentos fallidos y James tampoco encontró el arco en un zurdazo ajustado.
La falta de acierto realizador empezó a desquiciar al equipo de Ancelotti, atropellado en el asedio final, víctima de una Juve con criterio para gobernar el desenlace, benefactora de la gran actuación de Vidal y el innegable olfato de Morata.