Pittsburgh.- Los Gigantes de San Francisco se saben de memoria cómo ganar en esta época del año. Los Piratas de Pittsburgh aún están aprendiendo.
Madison Bumgarner lanzó pelota cuatro hits con 10 ponches y Brandon Crawford bateó el primer grand slam de un torpedero en la historia de la postemporada para que los Gigantes aplastasen el miércoles 8-0 a los Piratas en el juego de wildcards de la Liga Nacional.
“Es una locura”, dijo un incrédulo Crawford cuando le mencionaron el hito de su jonrón. “”Con todos los grandes torpederos en la historia, es bastante especial. Estoy feliz de haberlo logrado”.
Luego de amargar las ilusiones de los fanáticos de Pittsburgh, San Francisco se encamina ahora rumbo a Washignton, campeón de la división Este de la Liga Nacional, para la serie de primera ronda del circuito que comenzará el viernes.
El batazo de Crawford por el jardín derecho en el cuarto inning ante Edinson Vólquez puso a los Gigantes al frente. Brandon Belt remolcó tres carreras.
Bumgarner se encargó del resto para que San Francisco estirara a ocho su racha de victorias consecutivas en juegos de postemporada, y de siete en partidos con la soga en el cuello.
“Nos dominaron totalmente”, reconoció el segunda base de los Piratas Neil Walker. “Bumgarner hizo lo que se propuso. Atacó la zona de strike y nos complicó…. dominó desde el primer pitcheo hasta el último”.
Maniatando a una de las mejores alineaciones de la Nacional, Bumgarner concedió un boleto y diseminó cuatro sencillos al tirar 79 strikes en los 109 pitcheos que empleó al cubrir la ruta completa. Fue otra notable actuación estelar de postemporada del zurdo, quien ha lanzado 15 innings en blanco en dos aperturas de Serie Mundial.
El dominicano Vólquez buscaba coronar una temporada en la volvió a ser un pitcher dominante, pero no pudo mantenerse al mismo nivel que Bumgarner y Pittsburgh se quedó con las ganas de alcanzar la serie de primera ronda por segundo año seguido.
Vólquez lanzó magistral hasta el cuarto, cuando un par de sencillos y un boleto llenaron las bases. Crawford vino a batear y la desapareció en los asientos sobre el muro de Roberto Clemente para silenciar la concurrencia más nutrida en los 13 años de historia del PNC Park.
“Lo último que tenía en mente era batear un jonrón”, dijo Crawford. “Sólo quería batear algo que pudiera traer a Pablo al plato. Eso le bastó a Madison”.
Al combinar su recta con un slider, Bumgarner confundió toda la noche a los Piratas, el equipo que fue cuarto en las mayores en extrabases.
“Fue divertido”, dijo Bumgarner. “Cuando no estás jugando, uno puede caer presa de la ansiedad y el nervioso. Pero al lanzar, uno olvida todo eso y te concentras en hacer tus pitcheos”.
La defensa de San Francisco tuvo sus momentos malos, incluyendo un par de errores y otras dos jugadas en la que el jardinero derecho Hunter Pence no supo apartarse para que un compañero atrapara un elevado.
Pero también ejecutaron espectaculares intervenciones, incluyendo una de Pablo Sandoval en el séptimo. El corpulento tercera base venezolano se volteó sobre la baranda frente a la cueva de Pittsburgh para llevarse un elevado de foul de Russell Martin.
Sandoval quedó de pie, símbolo de la clase de equipo que es San Francisco, curtido en octubre.
Después de ir a todo vapor hasta junio, los Gigantes terminaron a los tumbos, cediendo ante los Dodgers en la puja por el título de la división Oeste.
Los Piratas lograron una foja de 17-9 en septiembre y por poco cazaron a San Luis por el título de la división Central. Ese empeño fue lo que propició que Gerrit Cole, un pitcher que promete ser el as de la rotación, abriera el domingo con el fin de alcanzar a los Cardenales y no disputar el juego de comodines. Cole ponchó a 12 en una brillante salida, pero los Piratas perdieron y Vólquez acabó con la responsabilidad.
Luego del jonrón de Crawford, los Gigantes anotaron a cuentagotas contra los relevistas de los Piratas, y la afición empezó a irse del estadio mucho antes del último out.