México.- Uno de los héroes en la historia nacional fue Benito Juárez, cabeza de la reforma liberal y presidente del país del 15 de enero de 1858 al 10 de abril de 1864, nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, Oaxaca.
Fue hijo de Marcelino Juárez y Brígida García, a quienes perdió a los tres años de edad, entonces pasó a vivir con sus abuelos paternos, quienes también fallecieron, y quedó bajo el cuidado de su tío Bernardino Juárez, quien le enseñó con dificultades el español pues su lengua materna era el zapoteco.
De acuerdo con información del sitio “presidentes.mx”, en esa época trabajó en el campo y cuidando del ganado, sin tener una educación formal, posteriormente huyó de la casa de su tío y se fue a vivir a la ciudad de Oaxaca.
Ahí trabajó cuidando una granja y después como aprendiz de encuadernador con el sacerdote franciscano Antonio Salanueva, quien posteriormente sería su apoyo para realizar sus estudios formales hasta recibirse en 1834 como abogado en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.
Recibió el respaldo del liberal Miguel Méndez y desarrolló una ascendente carrera en las leyes y como político, actividad en la que ganó fama por sus fuertes convicciones en la regiduría del ayuntamiento, según el portal “www.uaq.mx/historia/juarez/”.
Lo anterior le valió para destacar como diputado local, magistrado del Tribunal Superior de Justicia, juez civil y, por último, gobernador de Oaxaca. Entonces el presidente Antonio de Santa Anna lo condenó al exilio.
A su regreso se unió a Ignacio de Comonfort y Juan Álvarez en la lucha triunfante en 1854 del Plan de Ayutla, una de cuyas primeras acciones fueron las Leyes de Reforma, expidiéndose el 23 de noviembre del año siguiente la Ley sobre administración de justicia orgánica de los tribunales de la nación.
Ésta suprimió los fueros eclesiásticos y militares. A la renuncia del presidente Álvarez le sustituyó Comonfort en 1857 y Juárez ocupó la presidencia de la Suprema Corte de Justicia.
Comonfort renunció y Juárez asumió la presidencia del país, y luego de una serie de sucesos el 22 de 1860 triunfó la lucha liberal en Calpulalpan y Juárez entró triunfante a la capital del país el 11 de enero de 1861, también conforme a la misma fuente.
Ante las apuraciones económicas del país, el 17 de julio de 1861 expidió un decreto que suspendía por dos años el pago de la deuda externa, situación que aprovechó Francia y en la Convención de Londres del 31 de octubre acordó con España e Inglaterra intervenir el país.
Las fuerzas invasoras desembarcaron en Veracruz, pero el gobierno mexicano logró un acuerdo con Inglaterra y España el 9 de abril de 1862; Francia siguió con el plan y tomó Orizaba y Puebla y Juárez huyó para refugiarse en San Luis Potosí el 22 de diciembre.
Entonces se impuso al país el imperio de Maximiliano de Habsburgo, al cual las fuerzas republicanas derrotaron el 15 de mayo de 1867 en la ciudad de Querétaro y el emperador fue ejecutado en el Cerro de las Campanas el 19 de junio.
Juárez entró triunfante a la Ciudad de México el 15 de julio siguiente y fue reelecto en 1867 y 1871. De la última, el militar Porfirio Díaz manifestó su desacuerdo y lanzó el Plan de la Noria, propiciando una revuelta que fue sofocada.
Benito Juárez murió el 18 de julio de 1872 dejando como legado a los mexicanos la consolidación de la República Restaurada, el respeto a la Constitución, las Leyes de Reforma, la educación gratuita y laica, la instalación del telégrafo y la construcción de la línea férrea de Veracruz a la Ciudad de México, entre otros logros.