Flagstaff, Arizona.- Un nuevo informe de un organismo supervisor federal recoge un historial de acoso en viajes fluviales por el Parque Nacional del Gran Cañón, donde empleados varones del parque supuestamente hicieron proposiciones sexuales a sus colegas mujeres, las tocaron de forma inapropiada e hicieron comentarios lascivos.
El informe, al que tuvo acceso Associated Press, llegó después de 13 empleadas actuales y pasadas de la institución presentaran una denuncia en septiembre de 2014 afirmando que se había abusado de mujeres durante 15 años. Estaba previsto que la Oficina del Inspector General, del Departamento de Interior, presentara el informe más tarde el martes
Unas 12 personas han afrontado medidas disciplinarias por mala conducta sexual desde 2003, que fueron desde una reprimenda por escrito al despido. Pero los investigadores señalan que esas acciones son inconsistentes y muchos supuestos incidentes quedan sin denunciar o no son investigados adecuadamente por los supervisores.
Un veterano responsable de recursos humanos entrevistado por los investigadores dijo que existe una actitud de “dejar hacer” y de que “lo que ocurre en el río, se queda en el río”. Los responsables del parque permitían hasta hace poco que los que recorrían el río en bote llevaran alcohol a las excursiones.
El Parque Nacional del Gran Cañón gestiona 321 kilómetros (280 millas) del río Colorado, proporciona servicios médicos y de emergencia y guía a investigadores, políticos y estudiantes en una docena de viajes por el río cada año. Los trabajadores pasan largos periodos de tiempo juntos entre las altas paredes del cañón, acampan en la orilla y se quedan aislados del resto del mundo. Por lo general sólo hay un teléfono por satélite disponible para emergencias.
El informe no identifica por su nombre a ninguno de los empleados, pilotos de embarcación o contratistas. Se centra sólo en los viajes gestionados por el parque nacional. Las excursiones comerciales, privadas o en las que la gente se guía por sí misma se organizan con sistemas diferentes.
Entre los incidentes de acoso sexual en los viajes organizados por la institución había un caso en el que un conductor de bote hizo una fotografía de una empleada por debajo de su falda, un supervisor que agarró a una empleada por la entrepierna y empleados del parque que bailaron de forma lasciva durante una fiesta al final de un viaje por el río, según el informe.
La directora regional del servicio de Parques, Sue Masica; el superintendente del Gran Cañón Dave Uberuaga y su número dos, Diane Chalfant, dijeron a los investigadores que estaban al tanto del historial de supuesto acoso sexual en el río y dijeron que la agencia intentaba cambiar esa cultura. Masica dijo que el consumo de alcohol parecía ser un factor.
Un cambio en los procedimientos estándar del río en mayo de 2014 restringió el consumo de alcohol a las horas de fuera de servicio, pero se enmendó el año pasado para prohibir el alcohol en cualquier momento durante los viajes. Todo el mundo debe asistir a una sesión informativa sobre comportamiento adecuado. La persona al cargo de la expedición puede ahora expulsar a participantes que no sigan las normas.
La Oficina del Inspector General señaló que no se habían hecho investigaciones similares en otros parques nacionales.
Una pesquisa realizada en 2013 por la oficina de Igualdad de Oportunidades de Empleo, dependiente de Interior, analizó algunas de las mismas denuncias descritas en la carta de 2014. Uberuaga dijo que no había consultado con recursos humanos o directores de parques sobre las sanciones a empleados mencionados en el informe porque indicaba que cualquier fallo no era “procesable”. Un agente de recursos humanos en la administración regional de parques dijo que esa investigación de 2013 mostró varios problemas que requerían acciones correctivas.
En recomendaciones separadas, la Oficina del Inspector General criticó al servicio de parques (NPS, por sus siglas en inglés) por sus prácticas de contratación y por no salvaguardar la identidad de las personas que presentaron la denuncia en 2014. La cara fue revelada a al menos dos personas acusadas en la misiva.
“El NPS debe respetar la confidencialidad de los individuos que denuncian acoso sexual y no revelar su identidad a otras personas que no tienen una necesidad de conocerla legítima y relacionada con su trabajo”, indicó la subinspectora general, Mary Kendall.
El Servicio de Parques también permitió que un exempleado que había dimitido tras ser sancionado por reiterados casos de acoso sexual y mala conducta trabajara en otras áreas de la agencia, incluida en una ocasión como voluntario en un viaje por el río en 2010, dijo Kendall.