La clínica opera desde hace dos años, brindando asistencia a quienes más lo necesitan. Foto: Cortesía de Juan Freitez

En pleno corazón de Phoenix hay un grupo de personas determinadas a brindar asistencia médica a la comunidad inmigrante sin mayor compromiso que su espíritu de ayuda a sus semejantes.

Phoenix Allies for Community Health (PACH por sus siglas en inglés) es una clínica que abrió sus puertas en 2013 en el vecindario Garfield, y cuyo único propósito ha sido brindar asistencia médica a la comunidad indocumentada.

Atendida por voluntarios y activistas, la clínica ubicada en 1726 E Roosevelt St., en el centro de Phoenix, fue creada por Amy y Bob McMullen, quienes decidieron llevar a cabo esta labor altruista después de ser testigos de emergencias médicas que se presentaron durante las marchas contra la Ley SB 1070, en el año 2010.

“Cuando comenzaron las protestas contra la ley nos dimos cuenta que había muchísima gente que se estaba deshidratando no solo por el calor, sino por cumplir solidariamente con la causa.

Unos amigos y yo, que trabajamos en el campo de la medicina, comenzamos a auxiliar a la gente con sueros, y ayudar a quienes eran rociados con gas pimienta. De un día para otro nos convertimos en médicos callejeros”, dijo Amy McMullen con una sonrisa.

Tanto ella como su esposo tienen conocimientos médicos. Bob comenzó su carrera como asistente médico y es profesor en la Escuela de Medicina A.T. Still, en la ciudad de Mesa.

Amy, a su vez, es técnica certificada en emergencias médicas, y con su experiencia como pequeña empresaria y en el campo de la medicina, ha logrado en poco tiempo hacer de PACH una clínica comunitaria que ha auxiliado a cientos de personas.

 Labor altruista

La clínica es atendida completamente por voluntarios que incluyen enfermera(o)s, estudiantes de medicina, parteras y una trabajadora social.

“Los servicios que provee la clínica son a los que todo ser humano debería tener acceso. Yo soy de Canadá, donde todos tenemos acceso a un seguro médico, dijo Leigh Bowie”, directora de enfermeros.

“Muchos de nuestros pacientes evitan ir al doctor por miedo a inmigración, por no tener seguro médico y por las limitaciones con el inglés. Cuando vienen aquí no les pedimos dinero, pueden donar lo que ellos quieran después de su cita y tenemos intérpretes para que entendamos bien su situación médica. Este lugar es de confianza, y más que cantidad damos calidad”, mencionó Bowie.

 Ayuda desinteresada

Gustavo Cruz ha vivido en carne propia la ayuda que brinda la clínica comunitaria. Desde hace dos años los voluntarios del lugar le han ayudado a controlar su diabetes.

“Yo viajo una hora en el autobús para venir a esta clínica”, dijo Don Gustavo, quien a pesar de sus 70 años dice sentirse animado y lleno de vida por el gran apoyo de los voluntarios.

La clínica comunitaria es atendida solo por voluntarios que donan su tiempo para ayudar a sus semejantes. Foto: Cortesía de Juan Freitez

“Ya van dos años que me han ayudado a controlar mi diabetes, y también ayudaron a mi esposa realizándole un encefalograma.

Nosotros no tenemos trabajos fijos, a veces hacemos comida para vender, por eso nos sentimos afortunados de haber encontrado este lugar, es casi gratis. Cuando podemos damos, aunque es poco para lo que en realidad se merecen”, asegura Don Gustavo.

El caso de su esposa Paty Rosas fue más delicado, pues al requerir un encefalograma y estudios más avanzados, fue necesario recaudar fondos entre amigos y los propios voluntarios de la clínica para poder brindarle los servicios médicos que necesitaba.

A finales de este año hay planes para que la clínica comunitaria se traslade a una nueva ubicación, más espaciosa y cómoda donde podrán ser atendidas más personas.

PACH brinda atención sin importar el estatus migratorio ni económico de los pacientes. Foto: Cortesía de Juan Freitez

La nueva dirección será 2902 W. Clarendon, en Phoenix, donde se mejorará el servicio para seguir cumpliendo con la labor de apoyo a quienes más lo necesitan.

“Con más manos y más intérpretes podremos asistir al doble de pacientes que estamos viendo ahora. En lugar de 20 personas pueden ser 50 y en un futuro hasta 100 las personas que atendamos”, dijo McMullen.

Algunos de los servicios que PACH incluye son el control de la diabetes, colesterol, exámenes de sangre, nutrición y terapia física.

Para más información sobre cómo hacer un donativo o ser voluntario de PACH puede llamar al 623 455-6470. También puede visitar www.azpach.org o su página de Facebook en www.facebook.com/azpach